El 19 de noviembre de 2010 José Antonio Pouso Rivas, conocido como Pelopincho, desapareció sin dejar más rastro que un coche calcinado que fue hallado en el municipio coruñés de Brión. El de Ribeira estaba considerado como uno de los históricos del narcotráfico gallego y un experto en las redes de blanqueo.
Algo más de once años después de aquella desaparición, un juzgado de Padrón, la última localidad en la que Pouso Rivas tuvo su residencia, ha iniciado los trámites para declararlo oficialmente fallecido tras la solicitud efectuada por la que entonces era su pareja.
El juzgado padronés ha abierto un proceso de exposición pública y ha fijado fecha para una vista en la que se declarará de manera oficial su fallecimiento, si nadie hasta entonces facilita datos sobre su paradero.
El proceso de declaración oficial de fallecimiento de una persona puede iniciarse, siempre que lo soliciten judicialmente sus allegados, una vez hayan transcurrido diez años desde su desaparición.
AJUSTE DE CUENTAS. En el caso de Pelopincho, las fuerzas de seguridad barajaron desde el primer momento como la opción más probable que su desaparición, así como la de quien estaba considerado como su socio, el vecino de Monte Porreiro Bernardo Villaverde Amil, se debió a un ajuste de cuentas relacionado con el fallido desembarco de cuatro toneladas de hachís a bordo del Garbi III.
Este buque naufragó en un temporal frente a las costas de Portugal el 15 de noviembre de 2010, cuatro días antes de que se les perdiera el rastro a ambos.
La última evidencia que se tiene de ellos es el vehículo en el que presuntamente viajaban y que fue hallado calcinado en un monte cercano a Brión.
A finales de 2014, el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Cambados archivó, por falta de pruebas, la causa contra tres arousanos y una mujer de origen sudamericano, acusados inicialmente de ser los responsables de la desaparición de Pelopincho.
QUINCE MILLONES DE PATRIMONIO. José Antonio Pouso se inició el negocio del contrabando de tabaco a mediados de los años 90. A principios de siglo entró a formar parte de los clanes de narcotráfico gallego y llegó a crear y liderar su propia organización. Pelopincho también fue considerado el cabecilla de una red de blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico, que fue desmantelada en la operación Cormorán.
La investigación realizada entonces sacó a la luz que contaba con un patrimonio de 15 millones de euros, entre dinero en metálico, vehículos y propiedades inmobiliarias.
