Como salvar la coalición de Ferrol

Yolanda Díaz
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Las aguas bajan revueltas en Ferrol, donde la estabilidad de la coalición de Gobierno queda en entredicho después del último desencuentro entre PSOE e IU, con la Plaza de armas en el centro de la discordia.

En caso de producirse una hipotética ruptura PSOE-IU, la configuración de un nuevo gobierno se presenta bastante complicada, ya que el número de concejales y las formaciones presentes en el Concello de Ferrol hacen a priori muy difícil algún tipo de combinaciones y pactos.

El destino de las urnas volvió a ser caprichoso en mayo del 2007 en la ciudad de Ferrol. De nuevo, los comicios locales motivaron un nuevo cambio de alcalde en el palacio municipal situado en la Plaza de Armas y la llegada de dos nuevas formaciones políticas encargadas de marcar el destino de la ciudad.

Coalición PSOE-IU, 16 años después
Fueron necesarias cuatro legislaturas, dieciséis años, nada más y nada menos, para que esta ciudad volviera a estar gobernada por una coalición formada por Partido Socialista e Izquierda Unida. Los nostálgicos pensaron entonces que los actuales Vicente Irisarri y Yolanda Díaz, vendrían a recrear lo que fue su día el bipartito de Manuel Couce y Fernando Miramontes.

El resultado electoral de mayo de 2007 configuró un pleno de Ferrol con nueve actas para el PSOE, por siete del PP, mientras que IU lograba cuatro concejales y el BNG se quedaba con tan sólo dos. En total, veinticinco políticos, siendo necesarios trece para lograr mayoría. Una mayoría que no tardó en aliarse, con socialistas y miembros de Esquerda Unida como viajeros y que de inmediato comenzaron a planificar el futuro de la ciudad y que se plasmó en un acuerdo firmado entre Irisarri y Díaz el doce de junio de ese mismo año.

Primeros roces
Ya en aquella declaración de intenciones, ambos mandatarios dejaron bien claro que en algunos asuntos cada formación era libre para opinar sin verse coartada por el parecer de su socio de gobierno, como por ejemplo, en lo relativo a la planta de gas de Reganosa.

Se repartieron las áreas de gobierno entre los trece concejales y uno de los asuntos más polémicos de la legislatura llegó con el aumento de sueldo de todos los miembros del gobierno y del alcalde en particular, lo que motivó las críticas de la oposición y se convirtió durante unos días en tema de debate en casi todos los rincones del municipio.

A lo largo de los últimos meses, el bipartito ha querido trasmitir a la ciudadanía una tranquilidad que en determinados asuntos no es tal. Desde el desencuentro por los nuevos locales de Servicios Sociales en el inmueble anexo al hogar infantil, que motivaron incluso una amenaza de dimisión por parte de la concejala y diputada autonómica Beatriz Sestayo, pasando por los desencuentros de Reganosa o las críticas de Izquierda Unida por las formas en que se llevan a cabo las descargas de 'clinker' en el puerto interior y como se transporta este mismo material desde la dársena de Caneliñas.

El asunto del cabo Gago también fue motivo de discordia, ya que Izquierda Unida y Partido Socialista votaron en sentidos opuestos a la hora de afrontar una moción en la que solicitaba el apoyo del pleno ferrolano para archivar el expediente que pesa sobre este militar natural de Ferrol.

La plaza de la discordia
Pero el gran desencuentro y donde Vicente Irisarri fue incapaz de morderse la lengua se produjo semanas atrás cuando el Consello Local de Izquierda Unida, que es el órgano de dirección de esa formación política en la ciudad, hacía público un comunicado en el que cuestionaba la necesidad de abordar el rescate de la Plaza de Armas y apostaba por aguardar más tiempo para que esta le saliera al concello más económica o incluso, en caso de esperar diez años, de manera gratuita.

Fue entonces cuando Irisarri salió a la palestra y en una rueda de prensa afirmaba que no estaba dispuesto a aguantar “ingerencias” de ningún consello local y lanzaba un claro mensaje a sus “compañeros” de coalición, reseñando que si las diferencias en asuntos claves para la ciudad iban en aumento, como era el asunto de la Plaza de Armas, una apuesta personal del propio Irisarri y de su partido, no se escandalizaría si se llegaba a una ruptura del pacto.

El mensaje fue rápidamente recogido por Izquierda Unida, que durante unos días no hizo ninguna declaración al respecto, pronunciándose en el pleno extraordinario que trató el asunto de la Plaza de Armas. Y la respuesta del grupo municipal que encabeza Yolanda Díaz fue la de la línea del medio, la abstención, obedeciendo a “su” Consello Local y no faltándole a su compañero de gobierno votando en contra, máxime cuando los socialistas tenían asegurada la victoria, ya que la oposición ya había anunciado que votaría a favor de este rescate.

Durante estos días, Ferrol conmemora el 150 aniversario de la obtención del título de ciudad, unos actos que han sido organizados conjuntamente por la Concejalía de Cultura, que dirige Yolanda Díaz y también por la Alcaldía. Por si acaso. Un intento para rebajar tanta tensión.

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