La desigualdad creció en Galicia un 14,4% entre los años 2008 y 2012

La mitad de la población de Galicia, que reside en municipios de entre 5.000 y 20.000 habitantes, vive algún tipo de proceso de exclusión, sobre todo relacionado con el ámbito de la salud y la dependencia, por lo que las políticas públicas se revelan cada vez más necesarias para paliar esta situación.

Así se pone de manifiesto en el I Informe sobre exclusión y desarrollo social en Galicia, elaborado por la Fundación Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada (Foessa) y editado por la Fundación Barrié, realizado entre los meses de abril y agosto de 2013 en 650 encuestas a 1.958 personas en la Comunidad.

El estudio, presentado esta mañana en A Coruña por el director general de esta entidad, Javier López; el miembro de Foessa Guillermo Fernández Maillo, y el representante de Cáritas en Compostela, Javier García, indica no obstante que Galicia registra un riesgo de pobreza y exclusión social "ligeramente inferior" al de la media de España.

El 17,9 % de la población gallega (alrededor de medio millón de personas) se ve afectada por procesos de exclusión social (174.000 hogares, 55.000 en exclusión severa), relacionados sobre todo con el empleo y la salud.

En cuanto al trabajo, uno de cada tres gallegos sufre este tipo de exclusión, con el 14 % de los hogares que se emplearon menos del 20 % del tiempo potencial de trabajo y con una tendencia del desempleo de larga duración que alcanza el 57,4 % de la población en paro, frente al 58,4 % de la media nacional.

Además, si bien los estudios universitarios multiplican por 2,5 la posibilidad de tener un empleo, en Galicia ello no es suficiente para salir del paro: cinco de cada diez personas con estudios universitarios llevan más de un año buscando un trabajo, lo que "deja patente la especial falta de perspectiva laboral de los titulados universitarios en la región", sostiene el informe.

Según este estudio, el riesgo de exclusión social se multiplica por cuatro en los ocupados con trabajo irregular y se duplica entre los desempleados de larga duración y menores de 18 años, por lo que la red social representa "una tabla donde agarrarse" ante la crisis.

El 70 % de los hogares gallegos cuenta con redes de apoyo pero un 31,4 % de la población no tiene ayuda (30,1% de España), por lo que los hogares más vulnerables utilizan servicios sociales públicos (23%) o los de Cáritas (4%).

En cuanto a la salud, el 15 % de la población vive excluida por este tipo de problemas, sobre todo en situaciones de privación y de dependencia; el 16 % de los hogares tiene dificultades para asegurarse una alimentación suficiente y equilibrada, y el 9 % tiene serios problemas para seguir tratamientos médicos.

Fernández Maillo, miembro también del equipo de estudios de Cáritas Española, ha señalado que la exclusión de la mayoría de la población no tiene que ver con factores económicos sino con temas relacionados con la salud, las relaciones humanas, los elementos residenciales o la formación.

Así, dos tercios de las personas que viven procesos de exclusión ya los sufrían antes de la crisis "fruto de un modelo socioeconómico anterior que ha generado esta situación y que la crisis ha profundizado", ha indicado este experto de Foessa.

En este sentido, Galicia registra un incremento "importante" de la desigualdad, con una evolución "mucho más negativa" que el conjunto de España, al crecer un 14,4% entre 2008 y 2012 mientras se reduce progresivamente el PIB per cápita.

Por ello, el representante de Cáritas ha enfatizado que "la pobreza y la exclusión social no son cosas de la crisis, antes ya existía una sociedad muy marcada por la precariedad", y ha advertido de que no entrará a valorar lo que sobre este estudio se pueda decir, como ocurrió con los datos de las personas sin hogar en Galicia, ha recordado, que mantiene y "ratifica uno por uno".

El informe constata que los espacios de vulnerabilidad de la sociedad gallega son, además del aumento de la desigualdad, la baja intensidad laboral de los hogares y una carencia material severa, como no poder mantener la vivienda con una temperatura adecuada, que se suman a "dificultades en el ámbito de la educación, el conflicto y el aislamiento social, así como la salud", añade Fernández Maillo.

A su juicio, "el elemento diferencial de exclusión más grave en Galicia es el comportamiento protector que tienen las pensiones", en una sociedad "profundamente envejecida" y donde la mitad de los hogares cuentan con alguna persona mayor de 65 años.

Casi uno de cada cuatro gallegos que percibe una pensión está en situación "grave" y "alejado de los espacios de protección", frente al 11 % de españoles en exclusión grave que perciben una pensión que los protege.

En conjunto, las personas en situación de exclusión muy grave en Galicia "son muy pasivas" a la hora de pedir ayuda, un modelo que difiere mucho al que se da en otras partes de España, "donde la gente se ha movido mucho más a la hora de buscar apoyos", ha incidido este experto.

De hecho, casi el 4 % de la población gallega no tiene a nadie que le pueda ayudar en una situación de enfermedad o dificultad.

A nivel nacional, el 25,7 % de la población (11,7 millones de personas) se ve afectada por procesos de exclusión social (cinco millones en exclusión severa), de los que el 77 % la sufre en el empleo, el 61,7 % en la vivienda y el 46 % en la salud.

Los impulsores de este informe proponen mitigar esta situación con mayor protección social en todo el territorio mediante un sistema de "garantía de mínimos", fortalecer los servicios públicos, considerar el gasto social como "inversión social" o poner en marcha una política eficaz que evite la transmisión intergeneracional de la pobreza. 

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