La mayoría de los alcaldes puestos por una moción no repite mandato

Acceder al puesto de alcalde a través de una moción de censura no siempre resulta beneficioso para los partidos políticos que las promueven, por lo menos a medio plazo. Ocho regidores gallegos utilizaron esta fórmula durante el anterior mandato municipal, entre 2003 y 2007. Pero sólo tres de ellos ganaron las siguientes elecciones. Otros dos alcaldes lograron mantener el puesto a través de un pacto con otro partido. Los tres restantes retornaron a las filas de la oposición, o bien su sustituto perdió los comicios.

La próxima semana se debatirán tres mociones de censura en otros tantos concellos gallegos. La primera, el lunes en el municipio pontevedrés de Silleda. Las otras dos, en los ayuntamientos lucenses de Láncara y Folgoso do Courel. Pero los nuevos alcaldes sólo disfrutarán de su cargo durante menos de dos años, ya que en la primavera de 2011 están previstos otros comicios. El problema podría venir después.

Analizando lo sucedido entre 2003 y 2007, cinco de los ocho alcaldes beneficiados por las mociones de censura perdieron los comicios posteriores a su elección. Fueron los regidores de A Rúa y Verín (PSOE); Ponteareas y Bueu (PP), y el de Sada, que abandonó el PP para integrarse en una formación independiente. Ninguno de los cinco fue el candidato más votado en los comicios de 2007, aunque dos de ellos --el independiente José Vicente Solarat en A Rúa y el popular Salvador González Solla en Ponteareas-- lograron mantenerse en el cargo gracias a pactos postelectorales.

En contraste, otros tres regidores obtuvieron pocos réditos electorales de la moción de censura. En Verín, el socialista Emilio González igualó en 2007 el resultado de 2003, pero el PP logró mayoría absoluta. En Sada, el controvertido Ramón Rodríguez Ares --abandonó el PP por ayudarse de tránsfugas-- acabó perdiendo los comicios frente al BNG. Y en Bueu, la alcaldesa beneficiada por la moción (la popular Elena Estévez) fue sustituida como cabeza de lista por José Barreiro, que también fue superado por el Bloque.

Los que sí sacaron partido fueron los alcaldes de Carral, Verea y Baiona. Accedieron al cargo a través de una moción de censura y, meses después, lograron la ansiada mayoría absoluta. Ni tan siquiera el polémico apoyo de concejales tránsfugas (así sucedió en Carral y en Verea) les pasó factura a los regidores, todos ellos del PP. En 2007 arrasaron.

Tampoco en la Xunta
Más allá del ámbito local, la única moción de censura a nivel gallego tampoco resultó demasiado beneficiosa para los grupos políticos que la impulsaron. La operación, liderada en 1987 por el PSOE y apoyada por Coalición Galega y el Partido Nacionalista Galego, desalojó al popular Gerardo Fernández Albor de San Caetano. Pero dos años después, Manuel Fraga lograba por un escaño la mayoría absoluta e impedía reeditar el cargo al socialista Fernando González Laxe.

Comentarios