Gonzalo Pérez Jácome, alcalde de Ourense

"Si Madrid o Benidorm pueden construir un rascacielos... ¿por qué Ourense no?"

Suelta las palabras como una ametralladora, así que es fácil imaginarse su cerebro en plena ebullición. "Siempre estoy pensando proyectos", reconoce uno de los políticos de moda de Galicia. Sin pelos en la lengua, el líder de Democracia Ourensana dispara a quien se le ponga por delante. Es un alcalde atípico con un objetivo claro: transformar Ourense
Gonzalo Pérez Jácome (Ourense, 1969), en el despacho de la alcaldía, que ocupa desde junio de 2019. RAMSÉS (AGN)
photo_camera Gonzalo Pérez Jácome (Ourense, 1969), en el despacho de la alcaldía, que ocupa desde junio de 2019. RAMSÉS (AGN)

Acumula ya más de 200 días en la alcaldía. ¿Qué tal lo lleva?
Cada vez mejor. Es un asunto muy burocrático y cada vez lo dominamos más. Lo que más me sorprende son los tiempos: en el sector privado las cosas son para mañana y aquí, para dentro de seis meses. Por eso, cuando entras estás como un pulpo en un garaje, totalmente desubicado.

¿Ser alcalde es como se esperaba?
La burocracia es peor de lo que esperaba. Tengo una anécdota para un libro que no se cree; el pasado día 20 llegué al Concello y llamé a varios altos funcionarios para reunirnos: de ocho no estaba ninguno entre vacaciones y días libres.

¿Qué es lo mejor y lo peor?
Lo más satisfactorio de ser alcalde es el honor de representar a tus ciudadanos, algo que no tenía asumido cuando entré. Y lo peor son todas las trabas burocráticas, porque el Concello de Ourense no tiene problemas de dinero, sino de burocracia. Es una enfermedad y si España no la soluciona se va a descolgar del primer mundo.

¿Qué tal la oposición? Recuerde que usted era muy duro.
La oposición está haciendo su trabajo y creo que algo sí que aprendieron de mí. ¡Tuvieron un buen maestro! [risas] Pero a veces equivocan los tiros y pierden tiempo y esfuerzo con guerras por 100 euros, como los de la famosa multa por aparcar en la que después el juez acabó dándome la razón.

"Me costó adaptarme a los plazos del sector público; si España no agiliza su burocracia se descolgará del primer mundo"

¿Y cómo es la relación con el PP?
La relación es muy buena.

¿Y con José Manuel Baltar?
Ahora mismo, mejor imposible.

¿Cómo se encontró el Concello?
Caótico. Tenía todas las características para decir que era un desastre: cinco años sin presupuestos, concesiones caducadas… No funcionaba nada. El colmo de los colmos era que cada septiembre llegaban 30.000 estorninos a la ciudad, que cagaban y dejaban todo oliendo. ¡Pues nadie hacía nada! Era un poco el reflejo de lo que era Ourense. Nosotros entramos y solucionamos el problema de los estorninos después de 20 años. Y poco a poco vamos resolviendo otras cosas, pero no es fácil porque es un caos. Ourense es el ayuntamiento más desperdigado y fraccionado de España, con departamentos en 50 dependencias y edificios diferentes, todo sin informatizar... Ahora contamos con un jefe de recursos humanos que viene de la Xunta y asegura que esto le parece el Paleolítico.

Supongo que todas esas cuestiones internas son lo más urgente.
Urgente claro que es, el problema es que no consigues acometerlo porque los plazos para hacer las cosas son enormes. ¡Falla todo!

"Están el rascacielos y el parque acuático termal, pero el centro de inteligencia artificial será el transforme Ourense"

¿Está centrando sus esfuerzos en esta modernización del Concello?
Sí, pero también en hacer inversiones. Porque si tú corriges el Concello por dentro y no inviertes, si te ocupas solo de aquello que la gente no ve, no te vota nadie.

Pero usted siempre fue un político de grandes proyectos, el último un gran rascacielos. ¿Qué posibilidades tiene de salir adelante?
Las tiene todas. Es muy fácil porque solo necesita una autorización casi de trámite de la Xunta. Así que si Madrid y Benidorm pueden hacerlo, ¿por qué nosotros no?

¿Es viable urbanísticamente?
Sí claro, si no, yo no hubiera lanzado la propuesta. Y económicamente también es viable, porque el Concello tiene dinero, tenemos inversores y están ahí el Estado y la Xunta, que tienen que aportar fondos para paliar la discriminación histórica de Ourense. Va a ser un proyecto fundamental y el único problema es si se consigue hacer en este mandato o no.

Otro de sus proyectos estrella es un gran parque acuático.
Lo que ocurre con el parque acuático es que hubo una injerencia de la Xunta, porque cuando yo anuncié esta medida en 2015 ellos decidieron impulsar un parque acuático en Monterrei, y eso evidentemente le resta al nuestro. Por eso, estamos centrándonos ahora en un parque acuático termal, que abriría los 365 días del año y que sería único en el sur de Europa. Estamos planteándonos un indoor [interior o cubierto], un proyecto muy bestia cuya ubicación se conocerá en un mes.

"Hay que acabar con la dictadura de lo que es políticamente correcto y también pinchar la burbuja del funcionariado"

Tiene otras ideas en agenda, como instalar escaleras mecánicas.
Ese no es un proyecto para sacar pecho, es lo mínimo que se puede hacer por esta ciudad. En Ourense nos hacen falta y las vamos a poner, de forma que se conseguirá salvar la cota de desnivel de la ciudad. El centro podrá recorrerse  con escaleras y rampas mecánicas sin la necesidad de usar coche.

¿Qué otras cosas tiene en mente?
Nuestro gran proyecto es el centro de investigación de inteligencia artificial. Empezaremos ya en 2020 con un centenar de científicos y después queremos llegar a 500, con lo que eso significa. Tiene que ser el mejor centro de sus características de España y es lo que verdaderamente va a transformar Ourense. Primero, por la población flotante que arrastra y segundo, por la calidad de esa población: gente con poder adquisitivo y con un porcentaje alto de emprendedores que montarán aquí sus start-up.

¿Tiene ya apoyo de otras administraciones?
Tenemos el apoyo de la Xunta, aunque ahora habrá que concretarlo; y también de la Diputación de Ourense, de la Universidade de Vigo y de la Uned.

¿Será el Sillicon Valley gallego?
Esa es la idea.

"Lo que tengo claro es que no debes someterte nunca a los haters, a toda esa gente que te critica"

Ourense tendrá por fin presupuestos, aunque nacen con polémica.
Si los presupuestos son legales o no lo dirá un juez. Hay técnicos que dicen que hay que subsanar una serie de historias y otros que no. Nosotros vamos a aprobarlos y son perfectamente legales salvo que la Justicia diga lo contrario.

Cuando entró como alcalde inició una guerra con los funcionarios. ¿La mantiene o ya rebajó tensión?
Con los funcionarios, cuando me conocen, saben que no hay ningún problema. Me llevo bastante bien con casi todos. El problema es otro: que la situación laboral de los funcionarios está creando dos clases en España. Está la clase funcionarial, que es una especie de aristocracia, y después está el pueblo llano, los que trabajan en el sector privado. Esa diferencia aumenta y, normalmente, las sociedades que van al tacho son aquellas en las que crece esa divergencia al impulsar hacia arriba a la clase funcionarial. En España explotó la burbuja inmobiliaria, la bancaria y ahora falta por explotar la burbuja funcionarial. Hay que corregir esa diferencia.

Usted habla claro. ¿No se arrepiente en ocasiones de no cerrar la boca a tiempo? ¿No penaliza ser políticamente incorrecto?
Lo que no es políticamente correcto es la moralidad de un sector que te marca lo que sí y lo que no debes decir. Hay que romper esos cánones, acabar con la dictadura de lo políticamente correcto en la que vivimos. ¿Que si penaliza? A priori sí, pero depende. Mira, ¡a Donald Trump no le va tan mal! Pero a corto plazo sí que te castiga porque la gente no analiza el fondo.

¿El cargo le fue enseñando a medir más sus palabras?
Lo que tengo claro es que no debes someterte nunca a los haters, a toda esa gente que te critica. No puedes intercambiar los papeles y tratar de adaptarte a ellos, porque si no, estás muerto.

"Tenemos una especie de preacuerdo con el PP, pero no sabemos realmente cómo se va a articular. Lo dediciremos pronto" 

Por cierto, ¿de verdad que el Belén de Ourense fue un éxito?
Fue un éxito rotundo. Salimos en todas las televisiones y Ourense se conoce más.

Hablemos de política. ¿Le gusta el nuevo Gobierno del Estado?
No, la verdad es que no me gusta, pero nunca me gustan ni unos ni otros. Lo que me llama la atención es que aquí nadie cambia la ley electoral. El hecho de tener que pactar siempre con los nacionalistas es algo curiosísimo, porque si para conseguir un Gobierno de una nación tienes que cederles ciertas competencias, por estadística y matemática pura hay un momento en el que llegas al límite: no quedará nada que ceder. Eso no tiene sentido. No entiendo por qué no se cambia la ley electoral.

¿Irá Democracia Ourensana a las elecciones gallegas?
Está sin decidir. Tenemos una especie de preacuerdo con el PP, pero no sabemos realmente cómo se va a articular. Lo dediciremos pronto porque imagino que las elecciones serán en otoño.

¿Cómo es su relación con Feijóo?
Tengo buena relación, muy limitada e institucional. Correcta.

La política más que gustarme, es una llamada que no puedo evitar, como Ulises con las sirenas

Hay quien ve en Jácome un nuevo Abel Caballero por su defensa del localismo. ¿Comparte la filosofía política del alcalde de Vigo?
Bueno, nosotros somos anteriores a Abel Caballero. Él estaba en la política nacional, pero su entrada en la local fue en 2007, mientras Democracia Ourensana lo hizo en 2003. Nosotros reivindicamos el localismo y luchamos contra la discriminación de Ourense, así que en ese sentido sí que somos parecidos a Caballero, pero del mismo modo que nos parecemos a Vázquez en A Coruña o a Teruel Existe. Es normal luchar contra la discriminación de tu tierra aunque, en todo caso, no creo que A Coruña o Vigo puedan hablar de discriminación. Quien lo sufre son las provincias del interior, Ourense y Lugo, no el eje atlántico.

Ya que habla de Lugo, ¿cómo es su relación con esa ciudad?
Conozco a la alcaldesa y nos llevamos bien. Me hace gracia que en las últimas reuniones que tuve fuera de Ourense siempre me coincidió sentarme a su lado. Lo que me llama la atención de Lugo es que los ourensanos vivimos bastante de espaldas a esa provincia y viceversa. Para los ourensanos, nuestra ciudad hermana es Vigo; sin embargo, la ciudad gemela de Ourense es Lugo. Aunque llevaba un tiempo sin ir, recientemente la visité varias veces y descubrí que realmente tenemos el mismo acento y la gente es prácticamente igual que en Ourense. Somos ciudades gemelas y vivimos de espaldas, algo muy curioso porque en Lugo, a dos horas, te sientes como en casa.

¿Le gusta mucho la política?
Más que gustarme, es una llamada que no puedo evitar, como Ulises con las sirenas.

¿Y cuáles son sus principales referentes políticos?
Me gusta la gente que tiene valor y que innova. Hubo grandes políticos que me llaman la atención, como Churchill, por su enorme cantidad de ideas, un auténtico superdotado que acabó perdiendo después de la guerra. También algunas cosas de Reagan o Thatcher. No concuerdo con todo, pero sí con el valor que tuvieron para cambiar ciertas cosas.
 

"Cuando eres innovador en algo siempre te llaman loco, pero a mi nunca me molestó"
¿Qué hace cuando no es alcalde?
No me considero empresario, sino emprendedor, así que siempre estoy pensando y poniendo en marcha proyectos, supongo que alguno para cuando no sea alcalde. Me recuerda a la película ‘Cocktail’, en la que hablan de un libro de cómo hacerse rico, que es lo que siempre buscaba el protagonista. Pues yo también, siempre estoy con proyectos a vueltas.

¿También para hacerse rico?
No, no. En mi caso para demostrar que mi idea es buena. Esa filosofía la tienen muchos emprendedores, que priorizan demostrar que la idea funciona al dinero.

Usted mismo, en su toma de posesión, admitió que había fracasado en varios proyectos a lo largo de su vida. Pero nunca se rinde...
Eso da para una frase: el fracaso siempre vuelve [risas].

Usted fue bueno en atletismo. ¿Le queda tiempo para el deporte? 
Sigo entrenando semanalmente y me gusta competir, aunque ahora en veteranos ya es otra historia. Es algo que siempre hice. ¡Yo corría antes de que se pusiese de moda! Hoy es increíble la fiebre del running, pero cuando yo tenía 15 años y salía a hacer footing, la gente me miraba con cara de loco. Cuando eres innovador en algo siempre te llaman loco.

¿Y le molesta que digan que Jácome está loco?
No, que va. Para nada.

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