Mucho corrillo y poca corbata

Parece que los consejos del ministro Miguel Sebastián han llegado a Galicia, porque en el congreso del PSdeG las corbatas se pueden contar con los dedos de una mano. Ni Touriño, ni Blanco, ni Varela, los tres oradores en la inauguración del cónclave, llevaban nudo en el cuello. En las gradas, Ismael Rego era de una de las escasas excepciones, tal vez porque está acostumbrado a ir al Parlamento de punta en blanco.

Lo que sí abundan en el congreso son los corrillos. Mar Barcón y Caride están en boca de todos y parece que serán mujeres con voz y voto en el futuro del socialismo gallego. Los máximos dirigentes de cada provincia intentaron a última hora introducir a algún allegado más en la comisión ejecutiva, pero los colaboradores de Emilio Pérez Touriño aseguran que el jefe lo tiene todo claro desde hace semanas.

Otro de los motivos de expectación era la posible reacción de los delegados críticos con la gestión del partido, pero a medida que van pasando las horas del congreso se desvanece la posibilidad de que algún sector rompa la tranquilidad de la reunión.

En detalle
Mientras los delegados esperaban la llegada de los pesos pesados, Antonio Fontenla conversaba con María José Caride, y Manuel Ameijeiras con el ministro de Cultura, César Antonio Molina. El empresario seguro que preguntaba por el AVE, que con suerte ya estará en funcionamiento en el congreso socialista de 2012.

Abel Caballero, presidente de la mesa, parece en ocasiones Dolores Villarino, por aquello de pedir silencio a los presentes y mandar callar a los inoportunos. A una pregunta de uno de los críticos, respondió como un buen director de internado de un colegio de pago.

Y mucho socialismo, claro, nada de recortes a las clases bajas y continuas promesas de bienestar para los ciudadanos. El discurso de Pepe Blanco combinó gallego y castellano, un bilingüismo que también se vive en la entrada del Palacio de Congresos de Santiago.

Comentarios