Un marinero de 66 años residente en la provincia de Lugo, trabajador en el barco Corvo —que llevaba varios días atracado en el puerto vizcaíno de Ondarroa—, ha aparecido muerto en esa localidad, al parecer, tras caer al agua, según ha informado el sindicato LAB.
La organización, que asegura que el buque es gallego, ha denunciado a través de un comunicado que la Administración "no quiere asumir la responsabilidad que le corresponde", ya que ni el Instituto vasco de Seguridad y Salud Laborales-Osalan ni la Inspección de Trabajo han calificado lo ocurrido de "muerte laboral", alegando que el operario se encontraba en días de descanso. LAB ha querido mostrar su dolor y solidaridad a familiares, amistades y compañeros del fallecido.
Testigos presenciales han indicado al sindicato que la embarcación Corvo —con origen en Muxía, aunque el Registro General de la Flota Pesquera sitúa su puerto base en Ondarroa— llevaba varios días en el puerto de esa localidad vasca. Cuando el barco estaba atracado, los pescadores han estado viviendo allí durante sus días de descanso y el fallecido ha salido de la embarcación a tierra y ha caído al agua en una de estas salidas. Horas más tarde, han encontrado su cadáver en el agua.
El sindicato lleva tiempo denunciando las "precarias" condiciones de vida y trabajo de los pescadores y exige que se dignifiquen. "Desgraciadamente, son frecuentes los accidentes que se producen en las entradas y salidas del barco al puerto y, aunque resulte increíble, todavía no existen las pasarelas y las medidas de seguridad necesarias para proteger las vidas de las y los pescadores", ha lamentado.
A su juicio, los accidentes que sufren los pescadores que viven en los barcos "obligados por las condiciones de su trabajo son provocados por estas condiciones. Por lo tanto, no cabe la menor duda de que la patronal y la Administración deben adoptar medidas para evitar los accidentes causados por el trabajo en los términos anteriormente citados".