Quinín ha fallecido. El famoso cerdo que esquivó el cuchillo y la pistola durante más de una década mientras sus compañeros eran sacrificados por San Martín murió hace unos días de un fallo del corazón propio de su edad: 14 años según su último dueño.
El gorrino, que llegó a pesar 350 kilos en sus tiempos más lozanos, vivía desde hace varios años en una finca del municipio coruñés de Carral, donde se convirtió en toda una atracción.
"De Quinín se decía que tenía una inteligencia superior a un niño de tres años y que respondía cuando lo llamaban"
Su historia saltó a los medios en 2008. Destacaba la inteligencia de Quinín, a quien su primer dueño, un vecino de Dumbría, sacaba a pasear por las calles del municipio de la Costa da Morte. Un buen día decidieron sacrificarlo pero era tanto el cariño que había despertado que hubo muchas voces que trataron de impedirlo. Incluso la asociación para la defensa de los animales Anima Naturalis lanzó una campaña que tuvo bastante difusión.
"Los ecologistas sostienen que un puerco tiene una inteligencia superior a un niño de tres años y que puede responder cuando oye que lo llaman", se explicaba en un reportaje que firmaba Olaia Ucha en este periódico el 18 de noviembre de 2008.
Una campaña evitó su sacrificio en Dumbría en 2008 y desde entonces vivía en Carral
La movilización surtió efecto y Quinín evitó el sacrifico. De Dumbría se trasladó a Carral, donde un grupo de amigos lo adoptaron y cuidaron desde entonces. Vivió bien, en una finca en la que muchos de sus nuevos vecinos le llevaban comida para que no le faltase de nada.
Hasta hace unos días, cuando Quinín, que se pasó la vida desmontando el dicho de que "a todo porquiño lle chega o seu San Martiño", murió de viejo y no en el matadero.
