En Marea forma su dirección sin los críticos y con riesgo de ruptura

Los críticos no reconocerán el triunfo de Villares hasta que una auditoría externa analice los resultados de las primarias

El Consello das Mareas se ha constituido este sábado formalmente con la ausencia de 14 de las 35 personas elegidas para conformar este órgano de dirección, y el portavoz, Luis Villares, ha pedido respeto y ha tendido la mano, pero los críticos no han descartado una ruptura.

Entre Todas, la lista del que fuera diputado en el Congreso David Bruzos y que competía en primarias por el liderazgo de En Marea, ha señalado que si no ha tomado parte este sábado en este acto es por la determinación de no reconocer los resultados que otorgaron el triunfo a Villares hasta verlos del todo claros.

Es decir, mientras una auditoría independiente no explicite el triunfo de Coidando a Casa frente a la otra propuesta, la suya, la de los llamados críticos, arropada por Podemos, Anova, Esquerda Unida y los alcaldes de A Coruña, Santiago y Ferrol, amplios sectores de la confluencia que han mostrado abiertamente su malestar con cómo se han gestionado estas elecciones.

Entre Todas indica en un comunicado que está pendiente de dicho informe, que se conocerá previsiblemente el próximo miércoles, y a partir de ahí se producirá una contestación política, la cual incluso podría llegar a traducirse en una fragmentación —una marcha— o en una denuncia, si es el caso, de estos comicios internos en el juzgado, solo en el supuesto de que se detectasen irregularidades.

En una rueda de prensa y en solitario, Villares ha recalcado que hay "una minoría importante a la que es necesario integrar", toda vez que el proceso de primarias situó como ganadora a la lista Coidando a Casa —la de Villares— frente a la propuesta de David Bruzos.

Y como los denominados alcaldes del cambio, Martiño Noriega (Santiago), Jorge Suárez (Ferrol) y Xulio Ferreiro (A Coruña) han apoyado en la campaña de manera pública a su oponente, Villares ha recordado este sábado que "nos tienen de su lado" y "sin fisuras" para obtener unos buenos resultados en las citas electorales que están por venir para que "el espacio de las mareas merezca una confianza mayoritaria".

Al respecto, ha hecho un "llamamiento firme a no seguir hablando de nosotros mismos" porque a la sociedad no le interesan las diferencias internas que puedan existir, que además entiende que ya han quedado dirimidas al pronunciarse los inscritos. "La gente no va a esperar por nosotros" y En Marea cuenta con órganos internos de deliberación, con lo cual, ha manifestado, "no soluciona nada mandar recados por la prensa", aparte de que "toda reflexión tiene que pasar por escuchar la voz de quien manda", en alusión a las bases.

"No vamos a seguir alimentando" polémica pública alguna, ha afirmado, y ha hecho una exigencia doble; en primer lugar a la responsabilidad, "porque esta sociedad movilizada no puede esperar a que alguien quiera sentarse en el Consello das Mareas", y, en segundo término, al respeto hacia "las personas que escogieron a sus representantes".

Villares ha destacado que En Marea no surgió para tener un carácter efímero y tampoco se conforma con ser la segunda fuerza política de Galicia porque el "objetivo claro" sigue siendo desbancar al PP y formar una alternativa con otras fuerzas políticas progresistas y que sea esta confluencia la que la lidere.

El "objetivo político inmediato" está en las locales, después en las autonómicas, y el Consello das Mareas trabaja "desde el primer día" de forma firme y continuada, en sintonía con la anterior etapa, ha asegurado, liderada por él mismo, y con una "ilusión renovada".

"Hay una única dirección con un rumbo: disputar la hegemonía al PP en 2020", ha zanjado Villares.

La candidatura Coidando a casa de Villares se impuso en Nochebuena, con un 59% de los votos, a la liderada por David Bruzos. El cuestionado proceso había sido aplazado del día 1 de diciembre al 22 -las votaciones fueron desde ese día a las nueve de la mañana hasta el 24 a idéntica hora- por acusaciones de manipulación en el censo, algo que generó una gran controversia y un profundo malestar, sobre todo en Esquerda Unida y en Podemos, que tenía su gran baza en David Bruzos. 

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