Ofensiva de los empresarios de la noche, contra fiestas ilegales de Navidad

Presentan denuncias en A Coruña y Pontevedra para exigir a los concellos planes de seguridad y que no cedan locales

 

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photo_camera Una imagen de un botellón. (AEP)

La Federación de Asociaciones Provinciales de Empresarios de Salas de Fiestas y Discotecas (Fesdiga) presentó sendas denuncias ante los ayuntamientos de A Coruña y de Pontevedra para exigir la creación de un plan de seguridad municipal navideño —desde el 15 de diciembre hasta el 6 de enero— que «evite la celebración de actividades de carácter festivo en locales que no dispongan de las correspondientes autorizaciones». Se trata de la enésima campaña en esta misma dirección y que, según en colectivo, poco a poco van dando algún resultado. 

Apelan también al «sentido común y responsabilidad de la juventud» para que «no acudan a fiestas ilegales que no cumplen con la normativa de espectáculos»

En la denuncia facilitada a los medios, los empresarios alegan que muchos locales y colectivos organizan actividades de carácter festivo «en espacios cedidos por las administraciones». Se trata de locales que no cumplen los requisitos de seguridad, sanitarios y técnicos, porque carecen de licencia de apertura, además de la autorización extraordinaria de la consellería responsable. 

La consecuencia de la actividad en estos locales es «el grave peligro» al que se enfrentan los espectadores y participantes, ya que incluso «puede originarse la muerte de muchas personas», tal y como ocurrió hace años con la tragedia del Madrid Arena. 

Y además de ese riesgo, el colectivo de empresarios de la noche se enfrenta a «este tipo de competencia desleal» frente a las salas de fiesta que sí disponen de autorización y pagan sus impuestos. 

ALCALDES. Fesdiga apunta directamente en su denuncia a los «alcaldes y funcionarios de las administraciones públicas» como los «responsables» de estas aperturas. Aunque les recuerdan que de ese «pasotismo» pueden derivarse «responsabilidades civiles, penales y políticas», por mucho que se nieguen a asumirlas, lamentan. La patronal de las salas de fiesta va incluso más allá al acusar a algunos regidores de dar «muchas autorizaciones a conocidos o amigos a cambio de comisiones», pese a ser «conocedores del incumplimiento de la normativa de espectáculos y de seguridad», así como «del enorme peligro para los clientes», denuncian. 

En este sentido, Fesdiga apunta a los técnicos del ayuntamiento y a la Policía Local como los encargados de levantar los informes y actas pertinentes sobre los locales, insistiendo en su «responsabilidad si ocurre una tragedia», por no actuar con la debida diligencia y «haber hecho la vista gorda» con estas fiestas ilegales, avisan. 

Por último, desde el colectivo apelan también al «sentido común y responsabilidad de la juventud» para que «no acudan a fiestas ilegales que no cumplen con la normativa de espectáculos». Así, resaltó que estas celebraciones suponen «bombas de relojería que representan un grave peligro para sus vidas».
 


ENTREVISTA ►SAMUEL POUSADA
Presidente de Fesdiga

Samuel Pousada«Tarde o temprano ocurrirá otra tragedia como el Madrid Arena»

Cada Navidad, la patronal gallega de las salas de fiestas y discotecas recupera su particular cruzada contra las celebraciones ilegales, sobre todo las de nochevieja. son cientos en galicia y suponen, además de competencia desleal, un potencial peligro para los asistentes. desde fesdiga denuncian la «dejadez» de los concellos

La crisis frenó la proliferación de fiestas ilegales en Navidad en los últimos años, especialmente las de Nochevieja. Sin embargo, el repunte del 15% detectado el año pasado, que Fesdiga vincula directamente a la recuperación económica, preocupa a los empresarios.  

En 2015 calcularon que habría unas 350 fiestas ilegales en Navidad y el año pasado hablaron ya de unas 420. ¿Cuántas esperan en estas vacaciones? 
Esa estadística no la ofrecemos hasta más adelante, porque ahora estamos en la fase de recopilación de información, de reuniones con los delegados provinciales y será hacia finales de diciembre cuando podamos dar cifras exactas. 

¿Pero cuál es la tendencia de los últimos años?
Se podría decir que hubo una caída de más del dos mil por ciento de las fiestas por varios factores. Por un lado, nuestras campañas de denuncias, que han ayudado algo. Aunque stambién tuvimos mucha ayuda de la crisis económica, convertida en un aliado en este caso que hizo un daño terrible al consumo, de forma que a muchos locales ya no les compensaba. Y por último contamos también con la ayuda de un factor ajeno y trágico, como fue el caso del Madrid Arena [en el que fallecieron cuatro jóvenes], aunque ya empezamos a detectar de nuevo cierta relajación al respecto de las macrofiestas ilegales, así que tememos que tarde o temprano vuelva a ocurrir algo así. Pero pese a este descenso, existe todavía mucha competencia desleal, por lo que le pedimos a los ayuntamientos que hagan cumplir la normativa y que se molesten en detectar estas fiestas. 

¿Son fáciles de descubrir? 
Si se molestaran un poco y con algo de colaboración, se podrían impedir. A estas alturas, el que vaya a hacer una fiesta legal ya tiene que tener pedidos muchos permisos, así que es muy fácil comprobar si se ha hecho esto o no; y entonces hay que advertir y avisar a los que no hayan presentado nada. Y diseñar un plan para controlar todo eso. 

Ese plan municipal de vigilancia y control es el que reclaman ahora.
Sí. Les comunicamos a los ayuntamientos que desde el puente de diciembre diseñen un plan preventivo con efectivos policiales que detecten este tipo de fiestas y comprueben las licencias. El objetivo es que se molesten en hacer algo, porque si siguen pasando... 

¿Cree que existe entonces dejadez en la administración local?
Sigue habiendo dejadez, porque ni hacen planes preventivos ni se molestan en detectar nada. Algunos ayuntamientos no nos contestan a nuestros escritos ni nos remiten la información que les pedimos. Hay casos en los que sacan una nota en la prensa de cara a la galería pero luego en la práctica no hacen nada.

No parecen muy optimistas.
Esperemos que contesten y que valoren que haya un plan de seguridad, porque al fin y al cabo es bueno para toda la sociedad y para nosotros, que evitamos la competencia desleal. El sector ya está muy castigado, con una situación malísima de unos años para aquí, por lo que es en estas fechas navideñas donde puedes recuperar algo. 

¿Hay más fiestas ilegales en los propios locales de hostelería o son mayoría las reuniones de amigos en recintos privados?
Las más numerosas son las de empresas que, aunque están legalmente constituidas, organizan eventos clandestinos, porque saben que al final quien responderá será el Concello por permitir la fiesta y no hacer nada. Después hay un porcentaje menor de gente particular o asociaciones que organizan fiestas que dicen que son privadas, pero en el fondo no lo son porque cobran entrada, por ejemplo. 

¿Cuáles son los riesgos de este tipo de eventos sin permiso?
Son múltiples. El peligro está en todo, desde problemas por el incumplimiento de aforos a la falta de medidas de seguridad adaptadas a la magnitud de la fiesta, o la existencia de estructuras o materiales que no son adecuados y otras cuestiones como lo que se pueda consumir. Hay una cosa que hacen los concellos y que les pedimos que no hagan: ceder espacios públicos para fiestas como pabellones, auditorios, campos de fútbol... 

¿Y la nueva ley de espectáculos? 
Está en trámite parlamentario, que es lento. Podría publicarse este año, pero no se aplicaría en estas Navidades.


 


 

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