Los perros que casi matan a la vecina de Muíños siguen al lado de su casa

La Guardia Civil no actuará si no lo dice el juez. El dueño no se disculpa y desafía: "Fue la señora detrás de ellos con un palo para pegarles"
Feliciana está en casa tras días en el hospital, donde recibió puntos en la cara y en las piernas. XESÚS FARIÑAS (LA REGIÓN)
photo_camera Feliciana está en casa tras días en el hospital, donde recibió puntos en la cara y en las piernas. XESÚS FARIÑAS (LA REGIÓN)

Feliciana ya no sale apenas de casa. Y si lo hace, es "rezando e cun pau na man" por miedo a los cuatro perros que a punto estuvieron, literalmente, de arrancarle la cabeza a dentelladas. Uno de ellos, un pitbull, llegó a agarrarle la cara entre sus fauces hasta que, por algún motivo, la soltó y ella pudo huir corriendo

"Por pouco non o conto", cuenta ella entre lágrimas esta vecina de Muíños, en Ourense. Su único pecado fue ir a recoger berzas a una leira cercana a su casa, cuando divisó ocho ojos caninos mirándola profundamente, relata a La Región. Ahí ya supo que algo malo iba a pasar. De los cuatro perros, tres son pitbulls y, pese a pertenecer a una raza considerada potencialmente peligrosa, carecen de microchip y no están registrados, tal y como obliga la ley autonómica de bienestar animal so pena de multa de 500 euros por animal.

Claro que poco o nada parece importarles la disposición de la Xunta a la pareja propietaria de los canes, que tampoco llevan correa ni bozal, como obliga la ley. El hombre accedió a hablar para La Sexta, aunque sus declaraciones no fueron lo que se podría haber esperado, como evidencia la atónita expresión de la presentadora. "Aquí la única culpa la tiene la señora, que fue detrás de los perros para pegarles", espetó.

Unas palabras que sorprendieron a la reportera pero no a Feliciana ni a los demás vecinos del núcleo de Barrios, en Muíños, que padecen desde hace años a esta pareja cuyo modo de vida pasa por un total desprecio a las mínimas normas de convivencia. "Azuzan os cans para que se boten a quen pase por preto deles2, dice otro vecino.

En este núcleo del Xurés pudieron sobrellevar esta penitencia hasta hace poco, pero ya no aguantan más. El último ataque no fue el único. "Case todos tivemos algún susto con eles, e antes ca min morderon á señora máis vella de Barrios, que lle quedaron un montón de cicatrices", cuenta Feliciana, que se pregunta si tras la denuncia de los hechos a la Guardia Civil los canes serán retirados para que la aldea pueda recuperar la paz, aunque los vecinos son conscientes que la culpa no es de los animales sino de los dueños.

Al respecto, la Guardia Civil señaló este viernes a La Región que no tiene intención de llevarse a los perros salvo que un juzgado lo ordene, por lo que las actuaciones podrían demorarse semanas o meses, hasta que el caso llegue a los tribunales. Aunque dada la situación de urgencia, podría darse que la Justicia actúe antes para decretar medidas cautelares.

Sea cual fuere el desenlace de la denuncia, Feliciana recordará el resto de sus días el ataque. Cada vez que se mire en el espejo, porque las mordeduras le han dejado ostensibles cicatrices en una pierna y en el rostro, que son las que más se ven. Con todo, da gracias por seguir por vida, pero quiere salir de casa sin miedo, porque eso no es vivir.

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