Piden 65 años para los acusados de prostituir a mujeres amenazadas con practicarles ritos vudú

En la primera jornada del juicio, que arrancó en Vigo, los encausados han negando todos los hechos. Según la Fiscalía, si las mujeres tenían bebés los líderes de la organización los retenían como una medida más de control
Las tres personas acusadas, Joy I. (izquierda), Osaretin U. (centro) e Isaac Frank O.I. (derecha), durante el juicio de este martes
photo_camera Las tres personas acusadas, Joy I. (izquierda), Osaretin U. (centro) e Isaac Frank O.I. (derecha), durante el juicio de este martes

Las tres personas de nacionalidad nigeriana, dos hombres, Osaretin U. e Isaac Frank O.I, y una mujer, Joy I., acusadas de formar parte de una red que explotaba sexualmente y bajo amenazas de ritos vudú a mujeres africanas que introducían en España en pateras han negado los hechos, aunque han reconocido que la práctica de este tipo de rituales es común en su país de origen.

Es lo que ha manifestado la considerada como líder de la banda, Joy I., durante la primera sesión del juicio que ha acogido esta mañana la sección quinta de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo, y para el cual se han reservado un total de tres jornadas.

La principal acusada ha declarado a preguntas de la Fiscalía que jamás introdujo en Europa a ciudadanos africanos de manera clandestina, a pesar de que en diversas llamadas telefónicas interceptadas por la Policía aconsejaba a una mujer sobre la mejor manera de entrar en el país e incluso hablaba sobre la consecución de "lanchas rápidas" y visados para terceras personas.

Joy I. apuntó a un familiar suyo residente en Marruecos como responsable de organizar los viajes y afirmó que los diversos ingresos realizados por varias mujeres en cuentas bancarias a su nombre correspondían a las retribuciones que recibía por ejercer su labor de peluquera y maquilladora.

Así las cosas, ha negado que presionase a alguna de las víctimas para que pagasen su deuda con la banda y, finalmente, ha dicho que los ingresos iban a parar íntegramente a manos del familiar que vivía en Marruecos, aunque desconoce, según ha asegurado, si las chicas fueron sometidas en África a rituales vudú ya que, ha dicho, es cristiana.

A pesar de ello, ha afirmado que cualquier mujer africana que abandona su país tiene que realizar una ceremonia vudú en compañía de su familia, que adquiere junto a ella un compromiso con la persona con la que acuerda abandonar África.

La Fiscalía pide 65 años de cárcel para los tres acusados al apreciar, entre otros, los delitos de inmigración clandestina con ánimo de lucro, trata de seres humanos con fines de explotación sexual y laboral en concurso con tres delitos de prostitución, contra la integridad moral y falsedad en documento oficial.

La acusación particular exige, por su parte, penas que suman los 42 años y medio; mientras que las defensas de los tres acusados han exigido la libre la absolución de sus representados.

El representante del ministerio público sostiene en su escrito de calificación, al que ha tenido acceso Efe, que los procesados presionaban a las mujeres por medio del vudú y amenazas a sus familiares para que abonasen las elevadas deudas adquiridas durante su viaje a Europa y que debían saldar con las ganancias del ejercicio de la prostitución.

También relata que en el caso de mujeres con bebés, conseguían un control sobre las madres mediante el compromiso de cuidar del niño.

Estos menores permanecían en el domicilio de los acusados Joy y Osaterin, quienes, según la Fiscalía, omitieron el cumplimiento de las normas más básicas de cuidado usando medios que atentaban contra su dignidad como suministrarles pastillas para mantenerlos sedados, no alimentarnos o atarlos a la cama con cuerdas.

La supuesta líder de la banda ha alegado a este respecto que cuidaba a los bebés de entre 3 y 4 años como favor personal a las madres y que las pastillas que les suministraba eran "vitaminas para dormir" prescritas por un pediatra.

Los otros dos imputados, Osaterin U., marido de la anterior, e Isaac Frank O.I., hermano de la acusada, han negado igualmente haber participado de algún modo en la introducción ilegal de inmigrantes.

El primero de ellos reconoció envíos de dinero al familiar de su mujer en Marruecos aunque, en todo caso, afirmó que realizaba estas acciones siguiendo instrucciones de su esposa y aseguró que desconocía a qué se dedicaban las mujeres que permanecían unos días en su domicilio al llegar a España.

Al igual que Joy I. relató que suministraba pastillas a los bebés porque estos no se encontraban bien y reconoció atar en una ocasión a uno de ellos a la cama porque se escapó cuando lo dejó solo para hacer unos recados.

Frank O.I., que solo ha accedido a responder a las preguntas de su abogado, afirmó no tener constancia de este tipo de actividades y aseguró que los ingresos que obtenía de la reventa de móviles y cámaras eran suficientes para sobrevivir.

En la sesión de este martes también han testificado varios de los agentes de la brigada de extranjería que investigaron el caso.

Todos ellos coincidieron en que las víctimas se mostraban aterradas durante los interrogatorios ante el posible efecto de los ritos vudú a los que fueron sometidas.

La Policía detuvo en octubre de 2013 a siete personas, todas ellas de nacionalidad nigeriana, e imputó a una octava, consideradas integrantes de una trama con ramificaciones internacionales que operaba en España, Francia, Italia, Luxemburgo y Portugal, y que traía a las mujeres desde Senegal.

Los presuntos cabecillas de esta trama fueron detenidos en Vigo y su área de influencia por agentes de la brigada policial de control de fronteras de Vigo y efectivos de ese mismo cuerpo desplazados especialmente desde Madrid para la operación.

Este miércoles se celebrará la segunda sesión del juicio a la espera de que declaren algunas de las víctimas de la banda.

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