Los policías detenidos por el robo de las armas en Ourense pasan a disposición judicial

En 2016 fue localizado el cadáver de un agente junto a una nota en la que se autoinculpaba de dichos robos, aunque la Udev no creyó esta versión

Registro en la casa familiar de Toén de los dos hermanos detenidos. TVG
photo_camera Registro en la casa familiar de Toén de los dos hermanos detenidos. TVG

Los policías detenidos el pasado viernes por la desparación de armas del depósito de la Comisaría de Ourense y la muerte de un agente han pasado a disposición judicial a las 21.10 horas de este domingo en el juzgado de Instrucción número 3 de la capital ourensana, según han informado fuentes del TSXG. 

Tras permanecer dos días en dependencias policiales, los agentes han sido trasladados a los juzgados de Ourense, donde prestarán declaración frente a la jueza que instruye la causa. Además, fuentes de tribunales han confirmado que se ha levantado el secreto de las actuaciones para las partes personadas en el caso. 

El pase a disposición judicial estaba previsto para las 17.00 horas de este domingo, pero finalmente se ha pospuesto hasta pasadas las 21.00 horas para que las partes pudiesen consultar el sumario, que consta de unas 3.000 páginas. 

La Policía Nacional detuvo el viernes a dos hombres en relación con la operación Zamburiña, que investiga la desaparición de varias armas del bunker de la Comisaría de Ourense —entre 2014 y 2015—, así como la muerte de un agente -en abril de 2016— en dependencias policiales. 

Los detenidos son dos policías, hermanos gemelos, que trabajaron en la ciudad durante esos años. Ambos han sido detenidos por su supuesta relación con la desaparición de las armas, así como con la muerte de un agente, que inicialmente se consideró como un suicidio. La investigación está bajo secreto de sumario. 

La operación Zamburiña se inició a raíz de la desaparición de varias armas que estaban depositadas en la Comisaría de la Policía Nacional de Ourense. 

Los agentes de servicios internos que investigaron los hechos desmantelaron el grupo de estupefacientes ante la posibilidad de que hubieran hecho la vista gorda a las actividades ilícitas de varios traficantes a cambio de informaciones contra otros narcos. Sin embargo, las armas siguieron en paradero desconocido hasta 2016.

​El 9 de abril de ese año se encontraba en la Comisaría de Policía el cuerpo sin vida de un agente que había sido investigado en relación al envío de anónimos a la prensa sobre la desaparición de las armas, que apareció con una nota en la que se autoinculpaba de haber sustraído las armas señalaba donde se encontraban. 

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