Resistencia Galega, descabezada tras 14 años sembrando el miedo

El único grupo armado activo en España tras el fin de Eta, que según las autoridades iba a atentar el 25 de atentar el 25 de julio, agoniza con sus líderes entre rejas
Registro en Fornelos de la vivienda de los líderes de Resistencia Galega. TVG
photo_camera Registro en Fornelos de la vivienda de los líderes de Resistencia Galega. TVG

En Galicia, como sucede en España, los tiempos más duros del terrorismo parecen haber quedado atrás con la disolución, hace décadas, de grupos como el Exército Guerrilheiro do Povo Galego Ceive y, sobre todo, de los Grapo, cuyas últimas víctimas fueron dos guardias jurado asesinados en el 2000 en el atentado de la histórica organización en Vigo, la ciudad que la vio nacer.

Tras un lustro de relativa calma en cuanto a actividad terrorista irrumpió Resistencia Galega (RG), que, si bien no carga con cadáveres a sus espaldas —ni heridos—, trajo de cabeza a las autoridades y a la ciudadanía hasta que el pasado mes de junio fueron detenidos y encarcelados sus líderes: Antón García Matos Toninho y Asunción Losada Camba, que llevaban desde 2006 en la clandestinidad.

¿Cuándo nace?

La primera vez que se mentó el nombre de Resistencia Galega fue el 20 de julio de 2005, cuando se difundió en internet un manifiesto que llama a luchar por la independencia y contra el fascismo. Tres días después, la banda hizo explotar un artefacto en un cajero en Santiago. Fue el primero del medio centenar de atentados que le atribuye la Policía, aunque RG solo reconoce una parte.

¿Quiénes la integran?

Desde el principio estuvo liderada, según las fuerzas de seguridad, por Toninho y su pareja Asunción. De ahí que se la considere sucesora directa del Exército Guerrilheiro do Povo Galego Ceive, organización en la que militaba el primero y que encabezaba el monfortino Antón Arias Curto.

Otros históricos de RG —que están o han estado en prisión— son la lucense María Osorio, Antón Santos, Eduardo Vigo o Roberto Rodríguez Fiallega. Este último ya había sido condenado por acciones violentas en el grupo hooligan Celtarras, en el que se han detectado más seguidores de la banda. También entre ultras de otros equipos gallegos. Suelen ser jóvenes, como el caso de Raúl Agulleiro, el estudiante de Barreiros que en 2014 destrozó el Concello de Baralla con una bomba casera y que hoy cumple prisión por ello en Mansilla de las Mulas (León). Nunca llegó a superar el centenar de miembros, apunta la Policía.

¿Qué persigue RG?

El grupo también hereda del Exército Guerrilheiro, como preceptos ideológicos, el independentismo, comunismo, feminismo y ecologismo, principios que a su modo de ver están aplastados en la Galicia y España actual.

¿Y a quiénes?

Sus blancos son sedes de partidos políticos —especialmente PP y PSOE—, instituciones, empresas, sucursales bancarias o edificios de la Administración. Es decir, símbolos del poder establecido y de la sociedad capitalista.

¿Con qué medios?

Generalmente han atacado con ollas llenas de pólvora, un método casero pero que, dependiendo de la cantidad de explosivo, puede llegar a ser muy mortífero. Y en el recóndito galpón en el que se ocultaban Toninho y Asunción en Fornelos había un revólver, una pistola y un fusil de asalto Cetme, un arma casi de guerra.

¿Cuántas víctimas han dejado?

Por suerte, ninguna. Ni siquiera heridos, lo que ha levantado algunas voces que cuestionan que RG sea una banda terrorista, como la califica el Gobierno central y la Xunta. También la Audiencia Nacional, que investiga si iba a atentar el pasado 25 de julio en Santiago, como sostiene la Policía.

¿Ha muerto definitivamente?

Oficialmente no. Pero sin sus líderes queda muy tocada, aunque siguen apareciendo pintadas de apoyo.

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