Un restaurante de Castrelo de Miño echa a una familia por comentarios xenófobos a un trabajador

El restaurante publicó la historia en su cuenta de Twitter y se hizo viral
Náutico de Castrelo de Miño. TWITTER
photo_camera Náutico de Castrelo de Miño. TWITTER

El restaurante Parque Náutico de Castrelo de Miño (Ourense) tuvo que echar a una familia de su terraza el pasado sábado por la noche por vertir "comentarios xenófobos" de uno de sus integrantes hacia uno de los trabajadores

"¿Echamos a una familia de la terraza por comentarios xenófobos hacia un compañero? Echamos". Así lo relata en Twitter el propio perfil del negocio, que insiste en que su empleado, de nacionalidad marroquí, "merece todo el respeto, como los demás". 

Este restaurante, que colgó en redes sociales la factura que dejaron a deber estos comensales, reconoce que no se arrepiente de haber perdido los 13,70 euros que costaron sus consumiciones. 

Además, en esta publicación, que ya acumula más de 5.000 likes y casi 900 retuits, cuentan que, cuando el jefe acudió a recoger las bebidas de esta mesa "sin levantar la voz ni una vez", los clientes de alrededor "le aplaudieron" por su actitud ejemplar. 

"Debería ser lo más normal del mundo", asegura en declaraciones a Europa Press el gerente del restaurante, Dosi Veiga, quien decidió actuar después de que una de sus empleadas le advirtiese de la actitud de este cliente.

"QUIERO QUE ME ATIENDA UN ESPAÑOL" 

El responsable del local acudió a esta mesa y le preguntó "en voz baja" si había algún inconveniente con sus trabajadores. "Ningún problema", respondió el hombre, aunque seguidamente añadió que le gustaría que le atendiese "un español" y no M. -el gerente prefiere ocultar el nombre del empleado porque se trata de un menor de 17 años-. 

Veiga volvió al interior del restaurante, pero minutos después los clientes de otra mesa le advirtieron de tendría que echar a este varón porque continuaba con sus comentarios xenófobos. 

Entonces, decidió ir de nuevo a la mesa y recogerles las bebidas para que la familia se marchase, tras lo que el resto de comensales comenzaron a aplaudir. Dosi lo tiene claro: "Parece que en hostelería hay que aguantar cualquier cosa, pero no". 

A pesar de su actitud ejemplar, el gerente prefiere restarle importancia a la repercusión generada en Twitter, donde decidió contar la anécdota ya el domingo por la tarde. 

Expresa a Europa Press cómo se sorprendió cuando, horas después, volvió a abrir el perfil en la red social y vio todas las reacciones suscitadas, ya que su intención no era la de viralizarse. 

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