"La historia con minúscula de miles de emigrantes forjó la historia de Galicia con mayúsculas". Con esta frase, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ilustró el papel clave que jugó la diáspora para construir la comunidad tal y como es hoy en día, con unos cimientos que se asientan sobre el noroeste de la Península pero también al otro lado del Atlántico, donde residen unos 400.000 gallegos, más que la población de la provincia de Lugo. A todos ellos —padres, abuelos y nietos—, el Gobierno autonómico quiere devolverles parte de su contribución en forma de iniciativas para favorecer su retorno, así como ayudas al emprendimiento, vivienda y a la formación de ellos y sus hijos si se deciden a volver.
Es un apoyo que, con todo, "nunca podrá saldar la deuda que Galicia tiene con sus hijos en el exterior", reconoció Rueda ante un auditorio con dos centenares de emigrados y descendientes en Buenos Aires, durante la segunda jornada de su periplo por el Cono Sur, que este sábado lo llevará a Uruguay.
El presidente de la Xunta habló en uno de los centros españoles con mayor solera de Argentina, el Club Español, presidido por el empresario lucense José Benito López Carballedo y que cumple 170 años, aniversario celebrado por el presidente de la Xunta, quien destacó la entidad como "cuna del desarrollo de los gallegos que hace décadas llegaron a Argentina en búsqueda de un futuro para ellos y para sus familias", lo que dio lugar a una "galleguidad que carece de fronteras", subrayó Rueda.
En este sentido, cabe destacar que el país austral es el que atesora un mayor censo de gallegos fuera de su tierra de todo el globo, con 182.633 según el último Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (Pere) actualizado a 1 de enero de 2022. Un contingente que conformaría un ultramar la tercera ciudad gallega y que se articula, en buena medida, en torno a las diversas casas y colectividades gallegas y españolas repartidas a lo largo de Argentina, la gran mayoría en Buenos Aires.
En la ciudad porteña se asienta el Club Español, en un "edificio de imponente belleza que es símbolo de la historia argentina", observó Rueda en su intervención, durante sus primeras 48 horas en Argentina -y en Suramérica en general- como presidente de la Xunta. En este sentido, aprovechó para "reeditar" el compromiso del Gobierno gallego con la colectividad gallega al otro lado del Atlántico que ya afianzó en su día su predecesor en el cargo, Alberto Núñez Feijóo.
UN EJEMPLO LUCENSE. Alfonso Rueda no quiso pasar por alto la trayectoria del presidente del Club Español, José Benito López Carballedo. Nacido en Castroverde en 1935, emigró en 1952 a Buenos Aires, donde llegó a transformarse en un empresario de renombre y en una de las personalidades más distinguidas de la colectividad gallega y española. Y es que además del Club Español -donde acumula cuatro mandatos consecutivos-, llevó la batuta del Hospital Español de Buenos Aires.
Su trayectoria, que lo hizo merecedor de la Medalla de Galicia en 2005, fue loada de nuevo este viernes, de boca de Rueda, quien reivindicó que "no podía ser fruto de la casualidad" que una entidad con una labor como el Club Español "esté presidida por un gallego".
VISITA A OSPAÑA. Otro gallego, en este caso de O Deza, José Luis Seoane, preside Ospaña, una obra social y mutua que es referente en la capital argentina. Para el organismo, que fue la segunda parada de la delegación de la Xunta este viernes, y su responsable, tuvo palabras de elogio este viernes Rueda, que destacó que "lleva 15 años entregada a paliar las necesidades sanitarias y sociales de sus afiliados".
