Alfredo Balsa, el hombre que halló el cadáver de Asunta Basterra Porto el 21 de septiembre de 2013 en una pista forestal en Feros, en Teo, salió de la prisión de Teixeiro la semana pasada, donde cumplía pena desde que fuera condenado a cinco años de prisión por un delito de tráfico de drogas. Ha pasado en prisión tan sólo nueve meses, toda vez que un juez accedió a suspender la citada condena tras alegar su letrado que se vio obligado a vender droga por su adicción a la cocaína.
Ahora, Balsa será sometido a controles sanguíneos de forma regular y, en caso de que recaiga en el consumo, regresará al centro penitenciario de Teixeiro, donde, casualmente, también están internos los padres de la menor asesinada.
Balsa, que realizó el escabroso hallazgo del cuerpo de la pequeña cuando regresaba en coche de un club de alterne con un amigo, fue enviado a prisióntras ser interceptado en Santiago con medio centenar de bolsas de cocaína por valor de 2.500 euros, que repartía a domicilio en las cuatro provincias gallegas utilizando coches de alquiler. Además, en su vivienda se encontraron más dosis.
