Los sanitarios cobrarán un plus si cumplen con un mínimo de consultas presenciales

No demorar las citas más de cuatro días y ver cara a cara al menos al 60% de sus pacientes, entre los requisitos para que médicos, pediatras y enfermeros perciban el complemento de productividad
Médico. DP
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Los médicos, pediatras y enfermeros de Atención Primaria contarán este año con nuevos indicadores para acceder al complemento de productividad variable adicional a su salario, entre los que se encuentran la necesidad de alcanzar una cifra de consultas presenciales por encima del 60 por ciento y no demorar las citas más de cuatro días. Con ello, el Servizo Galego de Saúde introduce en estos acuerdos su plan para recuperar la presencialidad en las consultas de Primaria, afectada el pasado año por la pandemia de la covid-19. Tal y como anunciaron varios de los responsables de este departamento autonómico, la intención es que el 60% de consultas de este nivel sean presenciales a lo largo de este año. 

En consonancia, en los acuerdos de gestión para médicos de familia y pediatras de Atención Primaria se refleja que el complemento variable dependerá en parte de que se alcancen —o superen— el 60% de consultas presenciales, así como que las citas se asignen con una demora igual o inferior a cuatro días. 

La enfermería de adulto, por su parte, considera un indicador el alcanzar el 70 por ciento de presencialidad, aunque fuentes del Sindicato de Enfermería Satse apuntan a que la afección en este grupo es menor, dado que ya se están realizando una mayoría de consultas presenciales. 

Además de estos indicadores, la pandemia ha determinado la inclusión de otros requisitos para cobrar el plus, tales como el porcentaje de pacientes a los que se realiza un test de antígenos con sospecha de menos de cinco días de evolución, el seguimiento de pacientes post-covid —en el caso de los médicos— o la participación en el proceso de vacunación —en el de enfermería—. 

La recuperación de la presencialidad en las consultas de Primaria es una cuestión ampliamente reclamada desde distintos sectores, una vez avanzado el proceso de vacunación del personal sanitario. Los responsables de Sanidade se han mostrado siempre proclives a esta recuperación, si bien existen algunas trabas, como que los pacientes todavía no pueden pedir telemáticamente una consulta presencial. Para ello, deben hacerlo por teléfono o presencialmente en su centro de salud. De lo contrario, las aplicaciones online establecen como preferente la cita telefónica y es después el médico el que determina que se haga al paciente otra citación presencial.

PRECARIEDAD DE RECURSOS. En relación a esta cuestión, la CIG ha criticado la inclusión de estos parámetros en los acuerdos de gestión y ha asegurado que la falta de presencialidad es "una consecuencia de la precariedad de recursos humanos y estructurales" del sistema. Por ello, apunta el sindicato, "la falta de presencialidad no se soluciona imponiendo porcentajes", sino desarrollando "planes de recuperación de la actividad presencial, con agendas reales, no infinitas o imprevisibles, que puedan ser atendidas por profesionales con el tiempo necesario para hacerlo, y los recursos y la capacidad de resolución necesaria para resolver la inmensa mayoría de los problemas de las personas que acuden a las consultas". 

En cuanto a las esperas para las consultas, la CIG recuerda que "no son voluntad de los profesionales", si no, "consecuencia del incremento de actividad relacionada con la pandemia y de la falta de recursos". "Los centros de salud no están cerrados con los profesionales dentro sin hacer nada", subrayan. Del mismo modo, consideran que las listas de espera también son "consecuencia directa de la política de gestión de recursos humanos de la Consellería de Sanidade", a los que ha acusado de "precarizar las condiciones de trabajo" en Primaria. 

También el Defensor del Paciente se ha hecho eco de esta información y ha remitido un escrito al Fiscal Superior de Galicia para que se investigue lo que consideran un "abuso de poder" por utilizar a los trabajadores sanitarios "como arma arrojadiza" cuando "no se potencia ni los medios ni el personal". 

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