Se vende castillo: preguntar por Arnado

El dueño de la fortaleza de Vilamartín de Valdeorras saca al mercado por 600.000 euros la propiedad, que incluye tres hectáreas de terreno y capilla
El castillo de Arnado, en el municipio de Vilamartín de Valdeorras
photo_camera El castillo de Arnado, en el municipio de Vilamartín de Valdeorras

La historia la marcan las personas, pero también sus construcciones y monumentos. El municipio ourensano de Vilamartín de Valdeorras es un buen ejemplo de ello, pues allí se encuentra el célebre pazo de Arnado, también conocido como castillo de Torre Penela. Una fortaleza construida a finales del siglo XIX por el diputado de las Cortes y miembro de la Audiencia Pedro Sanjurjo Flórez, y que ahora, aparte de las guías turísticas, también ha pasado a engrosar los catálogos inmobiliarios: el pasado 11 de agosto, su actual dueño, Pedro Iglesias Naya, lo puso en venta al módico precio de 600.000 euros.

Edificio del Patrimonio Histórico Español, con capilla familiar y tres hectáreas de terreno con acceso al río Sil, ornadas con una hilera de cedros centenarios del Canadá. El cartel es tentador. Tanto que a Iglesias Naya le duele desprenderse del lote. En declaraciones a diferentes medios, el dueño de Torre Penela admitía que, hasta este momento, no estaba realmente dispuesto a vender el monumento. Su salida a mercado no tiene otro motivo que la voluntad de su familia por deshacerse de una vez del romántico inmueble, puesto que tanto su mantenimiento como el de la capilla familiar y los prados adyacentes suponen un gasto importante. "As sobriñas parece que presionan un pouco para vendelo", apuntó con cierta timidez Iglesias Naya en una entrevista en la TVG.

No obstante, no era la primera ocasión en la que se trató de traspasar la obra que Sanjurjo construyera para regalársela a su mujer, y que pasó a manos de la familia del actual titular tras la muerte de esta. Iglesias Naya pudo haber aceptado años atrás la propuesta del ya fallecido Manuel Candal —erigir un geriátrico—; o la del alcalde local, Enrique Álvarez —darle un uso turístico—. Y también desechó nuevas ofertas. "Recentemente viñeron uns venezolanos que querían facer dous hoteis en Galicia e un deles querían facelo xustamente aquí", afirma. "Despois veu unha parella de Bilbao que pretendía habitar unha parte, aínda que tampouco chegamos a un acordo". Con todo, reconoce, su postura negociadora se ha aflojado. "Agora vou máis en serio", promete.

CEDROS. Los ocho cedros del Canadá incluidos en el terreno, que cuentan con más de un siglo de antigüedad, fueron motivo de preocupación por parte del Instituto de Estudios Valdeorreses (IEV) nada más saberse la puesta en venta de Torre Penela, pues temían que su compra supusiese el incumplimiento del acuerdo establecido con la familia Iglesias destinado a evitar la tala o la pérdida de los árboles. Entonces, Iglesias Naya prometió que conservaría los ejemplares, asumiendo desde el primer día su cuidado y mantenimiento. En relación con esto, el vendedor explicó que hace poco procedió a la poda de los cedros protegidos para que las ramas no obstaculizasen el terreno. 

Mientras, el castillo que nació por amor espera que alguien se apodere de sus paredes de piedra.

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