A Secundino Prego lo golpearon veinte veces, trece de ellas en la cabeza

Las forenses explican que las heridas mortales se produjeron por una "violencia extrema" incompatible con una simple caída. Los psiquiatras descartan queAlbertina Táboas y Rocío Gondar sufran trastornos psicológicos
Dos médicos testifican en el juicio por el crimen de Chancelas
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Secundino Prego, la víctima del crimen de Chancelas, fue golpeado en más de veinte ocasiones por sus atacantes, trece de ellas en la cabeza, antes de su muerte, lo que le infringió un dolor y un sufrimiento "severo", según han señalado este jueves las forenses que realizaron la autopsia del anciano de 85 años, asesinado a las puertas de su domicilio.

El informe forense señala que el hombre "ya estaría inconsciente" cuando recibió los tres golpes que, según todos los indicios, fueron "mortales de necesidad" y que serían los que se produjeron en la cabeza con una piedra.

Esta "violencia extrema" revela que la muerte no se habría producido "en ningún caso" por una simple caída, al documentarse también que el anciano recibió los primeros golpes por la espalda y posteriormente "ya en el suelo".

Las forenses han explicado que la muerte de Secundino Prego, que presentaba heridas defensivas, se habría producido entre las 22.45 y las 23.30 horas, una hora antes de la primera llamada de las acusadas, Albertina T.F. y Rocío G.G., a los servicios de emergencia.

"Se buscaba ejecutar la muerte, pero necesitaron multitud de golpes para conseguirlo", concluyeron las forenses a preguntas de la fiscal y de la acusación particular.

En esta jornada también prestaron declaración los médicos y psiquiatras que atendieron a las dos mujeres tras su detención y concluyeron que tanto Albertina como Rocío son "plenamente imputables" por estos hechos. Albertina, han explicado, "no tiene patología mental alguna" y la esclerosis múltiple que padece "no da lugar a amnesia" como ella alegó en su declaración ante el tribunal, algo que acredita que "en ninguna consulta médica se habla de pérdida de memoria" y que tampoco le produciría, hasta el momento, problemas de movilidad.

Por su parte, en Rocío tampoco apreciaron ningún trastorno de personalidad, ya que su vida "no se corresponde" con alguien que los sufra y tampoco padecía "depresión o ansiedad", por lo que han concluido que "sabía perfectamente lo que hacía".

Su actuación, han añadido, "no se corresponde" con alguien que sufriese un "miedo insuperable" a Albertina, ya que "no se le ve una persona indefensa" y alguien que teme la actuación de alguien sobre uno mismo "tiende a apartarse del foco de ese miedo" y ella no manifestó esa circunstancia ni a los agentes de la Guardia Civil ni a los servicios de emergencia.

El abogado de la joven ha recordado que la psiquiatra de la prisión de A Lama la diagnosticó con un trastorno "límite e histriónico" de personalidad, pero estas expertas han apuntado que una condición así "no se adquiere de la noche a la mañana" y que, aunque lo sufriera, "no hubiese influido en los hechos".

Por último, se dieron a conocer los resultados de los informes de ADN efectuados en los objetos y prendas de ropa hallados tanto en la casa de la víctima como en los domicilios particulares de Albertina T.F. y Rocío G.G, encontrándose en todos ellos sangre o ADN de Secundino Prego.

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