Seis años de prisión por forzar a prostituirse a una menor coaccionada con ritos de vudú en Vigo

La acusada, Rachel E., ha aceptado la pena, además de una multa de 540 euros e indemnizar a la víctima

La sección quinta de la Audiencia de Pontevedra ha condenado a seis años de cárcel a una súbdita nigeriana por captar en su país una compatriota suya, menor de edad, y obligarla a ejercer la prostitución en España bajo la coacción de ritos de vudú.

La acusada, Rachel E., ha aceptado la pena, además de una multa de 540 euros e indemnizar a la víctima que la denunció con 3.000 euros, frente a los diez años que solicitaba inicialmente la fiscal, que ha retirado la acusación sobre su hermana, Bety E., para quien pedía nueve años.

Según se recoge en el escrito de acusación, Rachel E. captó en Nigeria, a través de una persona no identificada, a una chica a la que prometió un falso trabajo de modelo en España.

Le tramitaron un pasaporte falso y le dieron 1.500 euros para que aparentara que viajaba como turista, y además la sometieron a un ritual vudú para conseguir su plena obediencia bajo amenaza de causarle mal a ella o a su familia.

Una vez que aterrizó en París, la acusada la recogió y la acompañó en otro vuelo hasta Madrid, donde le retiró la documentación y el dinero y le comunicó que tendría que ejercer la prostitución para saldar una deuda de 60.000 euros más otros 500 por el ritual de vudú.

La chica fue forzada a prostituirse en un club de Las Rozas, pero dado que empezó a contarle su situación a algún cliente, Rachel E. decidió mandarla a Vigo, donde vive su hermana, Bety E., quien la alojó en su casa.

Tras el acuerdo de conformidad, la Fiscalía ha retirado la acusación respecto a Bety E. al considerar que desconocía el propósito de su hermana.

Sucede que durante su viaje en autobús entre Madrid y Vigo, la víctima relató su historia a un hombre al que conoció durante el trayecto, que fue quien puso a la Policía sobre aviso.

La Policía liberó a la chica, que por entonces tenía 17 años, y evitó que fuese desplazada al club Peinador, donde iba a ser explotada sexualmente.

La víctima tiene diagnosticado trastorno depresivo reactivo en grado máximo.

Rachel E. se encuentra en prisión provisional desde septiembre de 2015. 

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