"Con la sumisión química hay que ir pronto al hospital; la droga no se detecta tras 12 horas"

El ribadense Francisco Aramburu, jefe de Urxencias del Hospital de Ourense, lideró la elaboración de un protocolo específico, pionero en Galicia y uno de los pocos que hay en España, para abordar posibles casos de sumisión química
Francisco Javier Aramburu (Ribadeo, 1960). EP
photo_camera Francisco Javier Aramburu (Ribadeo, 1960). EP

¿Por qué se consideró necesario este protocolo específico? ¿Está habiendo un incremento preocupante de casos de sumisión química?
El protocolo surge porque la unidad de Atención a la Familia y Mujer de la Policía Nacional de Ourense nos pidió colaboración, y nos demandó apoyo también el forense. En la primera reunión, nos informaron de que se estaban dando en Ourense casos de sumisión química y que había que intentar detectarlos y colaborar entre todos para tratar de evitarlos o perseguirlos. Hace unos meses acudieron dos o tres chicas a Urxencias y en ese momento no teníamos protocolo. No pusieron denuncia y había dudas de si hubo sumisión o no. Ante eso es mejor tener todo muy establecido y reglado. Ahora, los médicos y la enfermería están más tranquilos porque saben cómo proceder en estos casos.

¿De dónde tomaron el punto de partida para su elaboración?
Indagando, no había ningún protocolo de sumisión química en Galicia ni referencias en la Consellería de Sanidade, ni publicaciones del ministerio. En el servicio de Urxencias nos pusimos a la labor. Me informé y la verdad es que no había mucho, algún protocolo en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid y en algunos hospitales andaluces, pero poco más. Lo que hicimos fue elaborar un protocolo en conjunto con la Policía, los forenses, el presidente de la Audiencia Provincial de Ourense, Trabajo Social y el equipo de Análisis Clínico del hospital. Se ha llegado a un consenso muy claro y la colaboración ha sido muy estrecha. Desde hace mes y medio está en marcha y lo aplicamos en los hospitales de Ourense, Verín y O Barco.

Por tanto, hay establecidos canales de comunicación con la autoridad policial y judicial.
Estamos coordinados con la Policía y con la Guardia Civil, los forenses y los juzgados.

¿Cómo se activa el proceso?
Las víctimas de sumisión química suele ser gente joven, generalmente mujeres de 30 años o menos, que han salido de fiesta. Habitualmente presentan amnesia anterógrada; una laguna importante en la que no recuerdan nada entre un momento determinado y hasta que despiertan. Acuden a Urxencias asustadas y pidiendo ayuda. Nuestra labor como médicos es detectar esa situación con una serie de interrogatorios sobre cuándo se perdió la memoria, si hay lesión corporal, si hay desgarros en la ropa... Si no se percibe un abuso sexual, ponemos en marcha el protocolo de sumisión química. Y si sospechamos que puede haber este abuso o agresión, pasamos al protocolo específico que tenemos desde hace tres años. En este caso, pasa al servicio de Xinecología y se aborda como tal.

Lo importante es que la víctima denuncie: sin eso no podemos hacer la extracción de sangre


Entonces, ¿qué es lo que incorpora el protocolo de sumisión química?
Desde el primer momento pedimos permiso a la víctima por si quiere denunciar, porque lo importante es que denuncie. Sin eso no podemos hacer nada. Si no quiere, la valoramos médicamente y nada más. Pero, si quiere, avisamos a la Policía para que se presente para la denuncia y empezar así la extracción de muestras. La extracción es la clave, porque lo que se suele utilizar para la sumisión química es la escopolamina –que es la burundanga–, el éxtasis líquido o la ketamina: sustancias inodoras, incoloras e insípidas que se mezclan habitualmente con el alcohol para que la víctima pierda la noción del tiempo o la consciencia. En Suramérica se usa mucho para robar a personas mayores. Pero en España se hace para el abuso sexual, para condicionar a la víctima. Son sustancias que se metabolizan en un espacio muy corto de tiempo, de 10 o 12 horas. Si en ese tiempo no se hace la extracción sanguínea, no se detecta. Por ello, la llamada que hay que hacer es que, ante cualquier sospecha de sumisión química, se acuda pronto al hospital para iniciar el procedimiento, extraer la muestra y mandarla a analizar. Hemos elaborado un protocolo de custodia de muestras con el centro y la Policía. Se le comunica el análisis al forense para que se envíe la muestra a Madrid, a Medicina Legal. También hemos de emitir un parte de lesiones al juzgado para que se entere que estamos en ese procedimiento y que hay una sospecha de sumisión química.

¿Podría haber más casos de los registrados oficialmente? Siendo una situación que puede generar tanta duda a la víctima...
Sí. Yo creo que hay muchos más de los que nosotros percibimos. Lo tengo muy claro. Hay que intentar transmitir que no haya vergüenza ni sentimiento de culpa ante la sospecha. Es lo que hay que intentar evitar. Si no encuentras explicación a una situación que estás viviendo, debes consultarlo, alertar de que está pasando esto. En el hospital no somos fiscales ni juzgamos a nadie; estamos para ayudar, orientar y aconsejar. 

¿Pero se trata de una práctica asentada en Galicia o tampoco habría que caer en el alarmismo?
Solo puedo decir que en Ourense la Policía nos alertó hace tres o cuatro meses de que había una sospecha muy seria de que se estaba dando en varios pubs. De hecho, nos  pidieron que elaboráramos el protocolo con carácter de urgencia. En dos semanas ya lo teníamos.

Hay muchos más casos de los que percibimos. Hay que alertar si se sospecha; no se debe tener vergüenza o culpa


¿Se ha tenido que aplicar ya el protocolo en alguna ocasión?
Hasta ahora lo hemos puesto en marcha con dos casos sospechosos en Ourense. Quedaron en manos de la Policía. Todavía no hemos tenido muchos casos. La alerta a la población también tiene un efecto de vigilancia y de huida.

¿Y hubo que pulir algún detalle?
Hemos mejorado en la custodia de la muestra, para su mayor seguridad, pero no hubo más cambios.

"Normalmente aparece amnesia completa y puede haber una resaca desproporcionada"
¿Qué puede considerarse señales sospechosas de haber sido víctima de la sumisión química?
Lo fundamental es la pérdida de memoria. Normalmente, lo que aparece es una amnesia completa de lo sucedido. Puede haber una resaca desproporcionada o síntomas no consistentes con un consumo marcado de alcohol. Si te has tomado una copa y de repente te despiertas al cabo de ocho horas y no sabes qué te ha pasado, es sospechoso. O despertar con una desinhibición excesiva, con agitación, alucionaciones, alteraciones visuales, hablando mal, con una confusión repentina, un comportamiento inusual inexplicable... Los estudios indican que los que más abusan con estas sustancias son, curiosamente, gente cercana: amigos, familiares... Aunque también se dice que no se deje la copa sola, que no se acceda a invitaciones de desconocidos...

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