"Tener ópticos en la Primaria garantizaría un servicio de calidad y en toda Galicia"

La nueva junta de gobierno del Colexio de Ópticos Optometristas de Galicia tomó posesión este mes, encabezada por primera vez por una mujer, Esther Amaro. Entre sus retos, la creación de la categoría de óptico-optometrista en Atención Primaria, potenciar la formación del profesional y fomentar la higiene visual de la ciudadanía
Esther Amaro Quireza (Ourense, 1963). EP
photo_camera Esther Amaro Quireza (Ourense, 1963). EP

¿Cuáles son sus principales objetivos al frente del colegio?
El fundamental sería conseguir la creación de la figura del óptico-optometrista en la Atención Primaria y la inclusión de la optometría en la cartera de servicios en el Sergas, porque sería una forma de garantizar a la población el acceso a este servicio con calidad y en todo el territorio. Otro de los objetivos es seguir formando tanto a la ciudadanía, con campañas de prevención en la higiene visual, como a los propios colegiados, para que la formación sea continua dentro de una profesión dinámica y con estándares de calidad cada vez más altos. Luego hay otros retos, como colaborar para que la venta de productos ópticos por internet tenga una buena regulación.

¿Ser la primera mujer presidenta es una presión o un estímulo?
Es un reto y es una responsabilidad. Y un orgullo. Somos una profesión donde la mayoría, en torno al 70%, somos mujeres. En la primera junta de gobierno eran ocho hombres y dos mujeres, y eso ha ido cambiando porque también la profesión ha ido evolucionando. Pero es cierto que las juntas de gobierno siempre han sido bastante paritarias en Galicia y nunca hemos notado que nuestro trabajo o nuestra opinión no se valorase.

También se aprobaron los estatutos del Colexio de Ópticos Optometristas de Galicia tras su segregación del colegio nacional, del que hasta ahora era la sexta delegación. ¿Qué supone este cambio?
La representación que teníamos en el consejo general era de un voto, por ser una delegación, y ahora nos corresponden cinco, por número de colegiados. Con lo cual, el peso de Galicia es mayor a la hora de decidir y aportar sobre cualquier cambio o tema dentro de la profesión. Era la evolución natural.

¿Se seguirá negociando con la Xunta un convenio de colaboración, después de la ruptura de 2020?
Evidentemente. La salida natural sería crear esa figura del optometrista dentro de la Atención Primaria. Pero, aparte, se podrían estudiar otra serie de acciones, como convenios para facilitar el acceso a este servicio a toda la población. Pero ese convenio tiene que ser consensuado, aprobado por mayoría absoluta por los colegiados, y ser más beneficioso que el que teníamos entre 2006 y 2020, porque somos profesionales a los que se debe valorar. Somos el primer agente sanitario encargado de la salud visual de los gallegos y podemos aportar mucho, porque con una determinada cantidad de plazas o con un buen convenio podemos reducir las listas de espera en otras especialidades como Oftalmología, donde un alto porcentaje de las primeras consultas son para una labor que tiene que hacer el óptico-optometrista, ya que está dentro de sus competencias según la ley de profesiones sanitarias.

¿Ve voluntad de negociar?
Tendrían que tenerla porque el convenio que hay ahora no está cubriendo las necesidades de la población. Hay un 25 o 28% de establecimientos adheridos, lo que es muy poco. Y en algunas zonas no hay ninguno, por lo que el acceso al servicio de optometría externo no está garantizado para todos los gallegos por igual.

La miopía en los niños se está disparando y la única forma de frenarla es haciendo actividades al aire libre todo lo que sea"

En cuanto a esa concienciación ciudadana, ¿cuáles siguen siendo los principales frentes de batalla?
Siguen siendo las revisiones, y mira que insistimos. Hay unas pautas: de 0 a 18 años de edad, una al año; de 18 a 45, cada dos, y a partir de ahí cada año y medio. También hay problemas en los niños que si los cogemos a tiempo son mucho más fáciles de solucionar; por eso me resulta curioso que, antes de empezar el cole, no pasen una buena revisión. Y en esta época volvemos al tema de las gafas de sol, cuya función principal es la protección contra el deslumbramiento y los rayos ultravioleta y en cambio se eligen por moda, o con cristales malos porque solo se van a usar en la playa, donde la exposición a estos rayos es alta, o no se ponen en invierno, cuando el sol está más bajo y su incidencia sobre los ojos es mayor.

¿Los más pequeños siguen siendo uno de los grandes focos de atención después de esa pandemia que también propagó la miopía?
La miopía en los niños se está disparando a niveles nunca vistos y la única forma de frenarlo es haciendo actividades al aire libre todo lo que se pueda. El problema es que el ocio de los niños es el ordenador, la táblet y el teléfono, y que los espacios donde estamos son más reducidos: antes el fin de semana era playa, monte o aldea, y ahora es jugar en el centro comercial. Sigue siendo algo muy preocupante. Ya hay estudios que dicen que en 2050 el 50% de la población va a ser miope. Y el problema es que una miopía elevada lleva asociadas unas patologías que deberíamos evitar como fuera, como desprendimientos de retina o el glaucoma. De hecho ya hay lentes de contacto que ayudan a evitar su avance.
 

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