La tragedia oculta tras el lugar de juegos

Las recientes muertes en Salceda y Nigrán recuerdan que las piscinas también tienen peligro para los niños

Foto de archivo de una piscina. ADP
photo_camera Piscina desmontable en la parroquia nigranesa de Camos en la que el lunes perdió la vida la pequeña de tres años. TELECINCO

El Concello de Nigrán decretó el martes dos días de luto por la muerte de Noa, de 3 años, que en la tarde del lunes se ahogó en la piscina desmontable de la casa de sus vecinos, en la parroquia de Camos, a la que accedió tras salir de casa sin que su abuela se percatase. "Fue un cúmulo de circunstancias negativas", explicó el alcalde, Juan González, sobre un accidente que ha provocado "mucha consternación" entre los vecinos. La cercanía de la tragedia con otro suceso similar, el fallecimiento accidental de un bebé de 18 meses en otra piscina en Salceda de Caselas la semana pasada, pone de manifiesto que, con la llegada del verano, cabe extremar la precaución con los niños mientras estén en el agua o jugando cerca de ella.

El luto de Nigrán es extensible al de la localidad ilerdense de La Granja d’Escarp, en cuyas piscinas municipales perdió la vida el viernes un adolescente de 14 años. Y en Morata de Tajuña, Madrid, un niño de dos años quedó en estado crítico el lunes tras pasar diez minutos sumergido en otra piscina desmontable, una instalación que cuenta con dos factores en contra: son profundas y solo se puede ver qué ocurre dentro subiendo por su escalera. En el caso de Noa, este factor dificultó que sus familiares pudieran encontrarla a tiempo.

Citando al Instituto Nacional de Estadística, la Asociación Española de Pediatría indica que los ahogamientos copan el 13% de las muertes por lesiones en niños de entre 0 y 14 años, con lo que "es la segunda causa de mortalidad accidental después de los siniestros de tráfico". Además, recuerda que "menos de dos minutos" y apenas "dos centímetros de agua" —es decir, desde una piscina a un cubo— son suficientes para que un niño pueda ahogarse, por lo que subraya la necesidad de vigilar a los pequeños "en todo momento". De hecho, el Primer Informe Nacional de Ahogamientos de Menores —que recoge estadísticas de entre 2013 y 2017, cuando fue publicado— señalaba que la falta de una correcta supervisión estaba tras el 80% de los 117 fallecimientos en este periodo. El 58% tuvo lugar en piscinas. La Real Federacion Española de Salvamento y Socorrismo informa de que el año pasado perecieron 23. Este año, hasta el 1 de junio, ya contabilizaba seis.

Un decálogo preventivo

1. Supervisión continua No perder de vista al niño. Ojo con mirar el móvil y no al hijo.
2. Norma 10/20 Echarle un vistazo cada 10 segundos y tenerlo a menos de 20 segundos de distancia.
3. Detectar riesgos Inspeccionar el acceso a la piscina por si pudiera llegar solo.
4. Niveles de protección Instalar cierres y obstáculos.
5. Educación Enseñarle a flotar y nadar.
6. Útiles de rescate Tener salvavidas o pértigas.
7. Ordenar el espacio Un juguete que flota en el agua puede atraer al niño.
8. Drenaje Los filtros de la piscina pueden succionar al menor al fondo.
9. Seguridad activa De vallas a cobertores, pasando por alarmas de inmersión.
10. Actuar rápido Saber la norma PAS (proteger, alertar y socorrer) y las maniobras de reanimación cuenta.