Un 32% de los gallegos admite haber consumido alguna vez sexo de pago

Aproximadamente un 32% de los gallegos admite haber consumido alguna vez sexo de pago, una cifra que ha experimentado un aumento de cinco puntos porcentuales en tan sólo cinco años. Así lo aseguró esta mañana en Santiago la socióloga e investigadora de la Universidad de Vigo Silvia Pérez, quien ha elaborado un estudio en el que analiza la clientela gallega de este tipo de servicios.

Pérez explica que "no hay un perfil claro" del tipo de cliente de estos servicios, aunque recuerda que más del 99% son varones, a pesar de que también hay hombres y transexuales que ejercen la prostitución. "Fundamentalmente es un fenómeno de género", subraya. Frente a los tópicos, la socióloga aclara que los varones que pagan para tener relaciones sexuales son "de todas las condiciones sociales". "Es cierto que hay un poquito más de consumo en los niveles medios y bajos, pero no mucho más", puntualiza esta experta.

A pesar de no poder establecer un perfil de los consumidores de sexo de pago, Pérez aclara que si ha logrado determinar cuatro "tipologías discursivas" que estos hombres suelen utilizar para "justificarse". En primer lugar estaría el perfil misógino y en segundo lugar el que esta investigadora denomina "samaritano" y que "tiene una percepción egoísta de la prostitución, porque la utiliza para solventar sus necesidades afectivas".

En tercer lugar, se sitúa la percepción "mercantilista", que se corresponde con los más jóvenes y se caracteriza por la ausencia de "reflexión ética" sobre este fenómeno. Por último, está el perfil "crítico", el minoritario, y que se corresponde con hombres que sí son capaces de identificar las "dinámicas de desigualdad", pero que recurren de todos modos a la prostitución porque "se ven incapaces de conseguir sexo de no ser pagando". "Se colocan en una situación de inferioridad", comenta Párez; "para ellos es algo avergonzante".

LAS MAFIAS CON PRESENCIA EN GALICIA SON SUDAMERICANAS
Carlos Bandín es guardia civil y un experto en delitos de trata y tráfico de personas. Explica que la mayoría de las redes que operan en la comunidad gallega son de origen sudamericano y que, en vez de usar la violencia como medio de coacción prefieren las amenazas.

Asimismo, este agente informa de que la mayoría de las mujeres que son explotadas por estas redes sabían para que venían a Galicia, aunque matiza que eso "no las convierte en menos víctimas". "Las vejaciones que reciben son algo indescriptible", subraya. Además, resalta que la trata es un problema que "traspasa fronteras", por lo que "no se puede atajar de forma local".

LAS CIFRAS NO REFLEJAN LA REALIDAD
Brandín explica que las cifras "no reflejan la realidad" de esta práctica, ya que es muy difícil que las víctimas reconozcan expresamente su situación. "El fenómeno es mucho mayor que la respuesta policial", insiste.

Aunque no se dispone de datos oficiales, se calcula que en la comunidad podrían estar siendo prostituidas unas 8.000 mujeres. Como cifras estimativas, entre 2005 y 2008 la Fiscalía Superior de Galicia identificó a 234 víctimas de trata; y el pasado año 3.645 prostitutas fueron atendidas por diferentes ONGs.

La mayoría de las víctimas de redes de explotación sexual tienen entre 18 y 30 años y llegan desde países como Brasil, Colombia, Rumanía, Nigeria o República Dominicana. Normalmente, proceden de entornos de pobreza y son el principal sustento de sus familias. Acostumbran a ser captadas por amigos o familiares con la promesa de trabajos 'normales' y su traslado se hace con documentación falsa.

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