Un acusado atribuye a un ataque de nervios el intento de estrangular a su pareja

Un hombre acusado de intentar hace dos años electrocutar a su pareja hace dos años ha rechazado hoy, en la vista oral del juicio que se celebra en la Audiencia provincial de Pontevedra, tal pretensión y ha atribuido el posterior intento de estrangularla a un ataque de nervios.

La Fiscalía pide 15 años de prisión para el hombre, que en noviembre de 2012, tras una discusión con su pareja, con la que convivía desde hacía tres años y medio, la agarró del cuello hasta provocarle un coma.

La mujer no llegó a dejar de respirar, pero su vida corrió peligro y tras despertar en el hospital estuvo seis días hasta recibir el alta, sigue con estrés postraumático y solo recuerda lo ocurrido hasta unos instantes antes de la agresión.

El hombre reconoció haber agarrado del cuello a su pareja, algo que atribuyó a los "nervios", al señalar que está en tratamiento psiquiátrico, y al "miedo" que durante el forcejeo dijo experimentar de que su novia le golpease en la zona de los riñones, de la que dijo estar gravemente afectado.

Aseguró que no reparó en el daño que estaba haciendo a la mujer y que, en cuanto fue consciente, llamó por teléfono para pedir una ambulancia y esperó a que llegase la Policía, algo que corroboraron los médicos que atendieron a la víctima en el lugar de la agresión.

La cuestión que ocupó más tiempo durante la vista oral fue el supuesto intento de electrocución a la mujer.

Según la versión de la Fiscalía y de la acusación particular, en base al testimonio de la víctima, el hombre, en el medio de la discusión, lanzó un calefactor enchufado a la bañera donde estaba la mujer.

Sin embargo, el hombre aseguró que su entonces pareja no estaba en el baño sino en la cama, y que si tiró el calefactor fue por la rabia de la discusión.

La mujer señaló, en ese sentido, que el diferencial saltó en cuanto el aparato tocó el agua, y que el hombre justificó en ese momento que sabía que no había riesgo y que solo pretendía asustarla.

La víctima explicó que no recordó el incidente con la estufa hasta que regresó a la vivienda, días después, y vio la cortina de la ducha, y que al no recordar la agresión en un primer momento se negó a denunciar a su pareja.

"Es muy costoso aceptar que se es víctima de violencia de género", afirmó su abogado defensor.

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