Un pontevedrés niega haber estafado a Toyota por enviarle arena en lugar de polvo catalítico

Asegura que la compañía nipona empezó a ponerle problemas al efectuar los pagos, lo que le llevó a presentar una querella por impago
Un momento del juicio contra Javier A., el empresario pontevedrés acusado de estafar a Toyota
photo_camera Un momento del juicio contra Javier A., el empresario pontevedrés acusado de estafar a Toyota

El empresario Javier A., de origen cubano y radicado en Mondariz, se ha declarado inocente de la acusación de estafa por la que este martes se ha sentado en el banquillo de los acusados de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial, donde ha negado haber estafado a Toyota con el envío de arena en lugar de polvo catalítico.

En concreto, la Fiscalía pide para él una condena de seis años de prisión y multa de un millón de euros por haber engañado a Toyota enviando arena en lugar de polvo catalítico.

Según explicó el procesado al tribunal, la empresa que regentaba, Newtec Reciclyng, era proveedora de catalizadores de la multinacional japonesa Toyota, que también le acusa de estafa y le reclama lo que pagó por unos contenedores de material falsificado.

El hombre exportaba polvo catalítico producto de triturar catalizadores gastados que tiene un alto contenido en metales preciosos. Aunque el fiscal jefe de Pontevedra, Juan Carlos Aladro, insistió en pedir al acusado información sobre sus proveedores y otros detalles de su empresa Newtec Reciclyng, el empresario rehusó dar explicaciones.

Según ha comentado, no quiere que esa información sea aprovechada por la multinacional japonesa, y es que su defensa gira en torno a una supuesta estrategia de Toyota para conseguir la patente de Javier A. para obtener polvo de catalizadores de coches. Por este mismo motivo el acusado rechazó contestar a las preguntas de la abogada de la acusación particular. El empresario también explicó que él se limitaba a contratar el seguro, pero no el transporte de los contenedores.

El procesado ha manifestado que, por aquel entonces, entre los años 2008 y 2009, "ganaba cinco millones y medio al año", por lo que declinó la propuesta de los japoneses

La filial del grupo automovilístico Toyota Tsusho Europe pagaba por adelantado el 80 por ciento del cargamento y él enviaba el material a Japón. Cuando se recibía la mercancía, le abonaban el 20% restante, según explicó. Y también aseguró que cada contenedor era inspeccionado por alguien de Toyota en las instalaciones de Newtec en Ponteareas.

ACCIONES. Los nueve primeros envíos se realizaron sin problemas pero todo cambió, según afirmó en la sala, a raíz de la propuesta de Toyota de comprar la mitad de las acciones de su empresa por un millón y medio de euros.

El procesado ha manifestado que, por aquel entonces, entre los años 2008 y 2009, "ganaba cinco millones y medio al año", por lo que declinó la propuesta de los japoneses. "Y, a partir de ahí, noté un cambio", según ha declarado, por parte de la multinacional nipona. Al respecto, ha asegurado que Toyota empezó a ponerle problemas al efectuar los pagos, lo que le llevó a presentar una querella contra la firma automovilística por impago.

BURLAR LOS CONTROLES. Por el contrario, la Fiscalía sostiene que, a partir de entonces, el acusado ideó un sistema para burlar los controles estafando más de 920.000 euros mediante el envío de 36 recipientes manipulados.

Por este caso, Javier A. ha sido protagonista de singulares protestas al crucificarse ante los juzgados de Ponteareas, recorrer 50 kilómetros con una cruz a cuestas o repartir panfletos en contra de un juez disfrazado de Mickey Mouse.

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