Un grupo de arqueólogos gallegos descubre una calzada romana en Abegondo

Un grupo de investigadores ha descubierto en Abegondo (A Coruña) los restos de una calzada romana que conectaba los castros de la zona con el Camino de Santiago. Esta calzada se comunicaba también con la Vía XX, una importante carretera romana que, bordeando la costa, recorría la antigua Gallaecia, desde Bracara (Portugal) hasta Astorga.

La Vía XX o Per Loca Marítima formaba, junto a la Vía Nova -que también unía Bracara y Astorga- y la Vía XIX -que comunicaba las tres capitales de los conventos jurídicos fundados por Roma en el noroeste peninsular- el entramado viario principal de la antigua Gallaecia. Ambas están recogidas en el Itinerario Antonino, un documento de la Roma antigua redactado en el siglo III en el que aparecen recopiladas las rutas del Imperio romano en la península ibérica.

Sin embargo, el estudio y la catalogación de las diferentes partes de la Vía XX ha sido, durante años, muy complicado, especialmente debido a la incidencia de la acción del hombre. Su trazado fue, en su mayor parte, oculto por infraestructuras viarias contemporáneas.

El equipo de investigadores que llevó a cabo este descubrimiento concibe la Vía XX como una red viaria propia conformada por multitud de ramales. El de Abegondo es uno de ellos, y su hallazgo supone, por lo tanto, el primer vestigio intacto que permite constatar las características técnicas y geográficas del vial. Hay evidencias históricas, como la mansión Atricondo, ubicada, según los libros, en estas mismas coordenadas, que corroboran la teoría del equipo arqueológico.

El ramal, que conectaba el castro de As Travesas, una protociudad castrense de casi 12 hectáreas, con la Vía XX, que en este entorno discurría entre Bergantiños y Lugo, inherente al Camino de Santiago, estaba compuesto por una plataforma arcillosa dispuesta en ángulo para facilitar la escorrentía de agua a través de los canales contiguos.

Como casi todos los caminos romanos, carecía de enlosado y en ella todavía se perciben las huellas de las rodaduras de los carros. Tiene seis metros de ancho -equivalente a 20 pies, la medida estándar de las calzadas romanas secundarias- y discurre paralelo al Camino Inglés.

Los investigadores abogan por aprovechar el valor patrimonial y turístico de esta ruta, por la que ya transitan miles de peregrinos. "Espero que de alguna manera se pueda patrimonializar como objeto de interés turístico", adelantó el director de la excavación, José Francisco Castro.

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