Línea restablecida

Una velocidad excesiva podría ser la causa del accidente de O Porriño

Cuatro personas fallecieron en el siniestro ocurrido a escasos metros de la estación, entre ellos un lucense y un vigués ►Otras 48 resultaron heridas de diversa gravedad, aunque solo 10 permanecen hospitalizadas ►El tren realizaba la ruta Vigo-Oporto y en él viajaban 63 pasajeros y dos operarios ►La circulación de la línea Vigo-Oporto ha quedado restablecida
Retirada de la locomotora del tren de la compañía Comboios de Portugal que cubría la línea entre Vigo y Oporto
photo_camera Retirada de la locomotora del tren de la compañía Comboios de Portugal que cubría la línea entre Vigo y Oporto

Una nueva tragedia ferroviaria volvió a golpear este viernes a Galicia, tres años después de la ocurrida en Angrois, con el accidente sufrido por el convoy 420 que une Vigo y Oporto y en el que fallecieron cuatro personas y otras 48 resultaron con heridas de diversa consideración.

El siniestro se produjo en torno a las 9.15 horas, un cuarto de hora después de haber salido de la estación olívica. En un tramo recto, la cabeza tractora descarriló, impactó contra un lateral del puente sobre el que discurre la N-120 y acabó empotrado contra una torreta de acero del tendido eléctrico. Los otros dos vagones que componían el convoy quedaron semivolcados sobre la vía.

Aunque oficialmente la investigación continúa abierta, el análisis de las cajas negras y, especialmente, el amasijo de hierros en que quedó convertido el vagón de cabeza apuntan claramente a una velocidad inadecuada.

Tanto el ministro de Fomento en funciones, Rafael Catalá, como el presidente de Comboios de Portugal, Manuel Queiró, declararon este viernes que el paso del tren por la estación de O Porriño (en la que no suele detenerse) se produciría por una vía secundaria en vez de la vía principal debido a las tareas de mantenimiento que se estaban desarrollando en esta última. Esta circunstancia -"totalmente habitual", en palabras del ministro- obligaba al convoy a aminorar su velocidad hasta los 30 kilómetros por hora, en vez de los 80 km/h a los que suele cruzar O Porriño. Un reducción que, a la vista de las evidencias, no se produjo.

En cualquier caso, los sindicatos ferroviarios se han apresurado a solicitar prudencia sobre las causas en tanto la investigación oficial, que está en manos del Juzgado de Instrucción número 2 de O Porriño, no arroje unas conclusiones definitivas. También el Concello do Porriño, en un Pleno de urgencia, acordó reclamar la máxima transparencia sobre los pormenores del siniestro.

VÍCTIMAS. A raíz de la colisión perdieron la vida el maquinista, José Arnaldo Moreira, de nacionalidad portuguesa, 45 años y más de 20 de experiencia; el interventor, Miguel Veiga (en la foto de arriba), de 55 años, vecino de Vigo y natural de Lugo; Joaquín Rodríguez (en la imagen en blanco y negro), de 23 años que estudiaba en la escuela de maquinistas de Santiago y jugador de balonmano del Bueu Atlético, y un súbdito norteamericano de mediana edad cuya identidad se desconoce. Tres de ellos fallecieron en el mismo lugar del suceso, mientras que el cuarto murió de un paro cardiaco cuando era trasladado a un centro hospitalario.

Además de las víctimas mortales, otras 48 personas sufrieron lesiones de diversa gravedad y fueron trasladadas en ambulancias hasta hospitales de Vigo y el PAC de O Porriño: seis norteamericanos, dos brasileños, 26 españoles, dos uruguayos, tres portugueses, un inglés, un alemán, dos argentinos y un chileno. Queda por confirmar la nacionalidad de los cuatro restantes. Según parece, muchos de ellos se disponían a tomar un vuelo en Oporto. Este sábado continuaban ingresadas 10 personas.

Tanto los afectados como los testigos y las autoridades han elogiado la rápida intervención del operativo de emergencia, compuesto por tres Uvi móviles (la primera llegó a la estación 12 minutos después de ocurrir el siniestro), dos helicópteros, seis ambulancias, personal de Atención Primaria, Protección Civil, Guardia Civil y policías Local y Nacional, así como los Bombeiros do Baixo Miño y de Vigo, que se encargaron de la excarcelación de los cadáveres.

El accidente provocó que el tráfico ferroviario entre Vigo y Ourense quedase totalmente cortado, lo que afectó a una veintena de trenes. Al suprimirse el tráfico de media distancia y de cercanías los pasajeros fueron trasladados en autobús.

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