El colectivo Salvemos A Cabana ha pedido a la Xunta de Galicia "control administrativo" ante los "riesgos para la seguridad y la salud" de las antiguas balsas del Monte Neme, pertenecientes a un complejo minero de wolframio. La localización, con espectaculares paisajes, se encuentra entre los ayuntamientos coruñeses de Carballo y Malpica y se ha convertido en un escenario muy recurrido entre instagrammers y creadores de contenido en redes sociales. Este fenómeno ha tenido trágicas consecuencias, puesto que varias personas han sufrido problemas de salud por bañarse en las irresistibles aguas de color azul turquesa.
Vómitos, mareos, diarreas e irritaciones cutáneas u oculares son algunos de los síntomas que varios de estos bañistas han experimentado, teniendo más de uno que ser hospitalizado por daños en la piel y en el sistema digestivo. Y es que estas balsas forman parte de un complejo de las antiguas minas de wolframio que han empezado a ser explotadas durante la I Guerra Mundial, no siendo hasta la IIGM cuando se alcanzó el punto culmen, tras la petición de Hitler de la extracción de este material, que solo se podía encontrar en la parte norte de España y Portugal en aquel entonces.
La asociación Salvemos A Cabana incide en que en el Monte Neme se ha incumplido la legislación aplicable, tanto a nivel autonómico como Europeo
En el año 2017, la Xunta de Galicia eliminó el anuncio difundido por parte de Turgalicia en el que promocionaban este entorno tóxico dentro de la campaña Dáme Galicia.
Varias de las personas afectadas se han quejado y afirman "no haber avistado ningún cartel que alertase del peligro". Es por ello que desde 2014 Salvemos A Cabana ha pedido "el drenaje y el sellado de las balsas mineras ante el riesgo potencial de accidentes y la toxicidad demostrada del agua de las balsas", con "alarmante presencia de elementos como el aluminio", que supone un "riesgo para la salud pública y los ecosistemas". La asociación incide en que en el Monte Neme se ha incumplido la legislación aplicable, tanto a nivel autonómico como Europeo.
Pero este no es el único caso que se ha producido en el mundo. Problemas similares se han registrado en otros puntos del globo, como en la ciudad siberiana de Novosibirsk.
