Un vecino de Castiñeiras: "Hoxe non se respecta nin aos vivos nin aos mortos"

Restablecen los siete nichos profanados tras recolocar restos mortales y sustituir ataúdes
El cementerio lucía muchas flores en uno de sus días más concurridos. EFE
photo_camera El cementerio lucía muchas flores en uno de sus días más concurridos. EFE

El cementerio parroquial de Castiñeiras, en Ribeira, recuperó este martes la normalidad, pero en la retina de varios vecinos perdurarán durante un tiempo unas sobrecogedoras imágenes que les serán difícil olvidar: las de los féretros de sus seres queridos fuera de los panteones, con las maderas rotas, y en algunos casos con los cadáveres y huesos de sus difuntos al descubierto. Especialmente duro fue el trance para una familia que enterró al abuelo hace algo más de una semana y, con el dolor todavía muy presente, tuvo que identificar el cuerpo de su fallecido para que el enterrador lo volviese a acomodar en la caja mortuoria tras la profanación de su tumba y otras seis el lunesde madrugada.

Los restos mortales de este anciano, un acaudalado vecino de la zona que al parecer fue enterrado con algunos objetos de valor, dieron en un primer momento lugar a la hipótesis del robo. La de que el desalmado o desalmados que perpetraron tan execrable acto buscasen arrancar el reloj y abalorios del difunto. Pero el hecho de que profanasen un total de siete nichos no ofrece ninguna otra explicación que un macabro pasatiempo o un "ritual satánico", como sospecha el cura de Castiñeiras, Ricardo Villaverde.

"Non se sabe o que buscaba esa mente humana", lamentaba el martes a las cámaras de la TVG Manuel Ramón Castiñeiras, el enterrador del camposanto. Él tuvo mucho más trabajo de lo habitual el lunes, cuando dedicó todo el día a que el cementerio recuperase su imagen anterior.

NUEVOS ATAÚDES. Como los vecinos que tuvieron que identificar los restos de sus seres queridos, también el enterrador tuvo la infausta misión de recolocar cadáveres y huesos en sus féretros. Incluso hubo dos casos en que hubo que acomodarlos en nuevas cajas porque los vándalos habían destrozado las originales. Tras sellar de nuevo los nichos, el camposanto recobró su estampa anterior, y el martes reabrió al público desde primera hora. Mientras, la brigada científica de la Policía Nacional asumió la investigación y, con las huellas tomadas lunes, espera dar con los culpables en las próximas horas.

DÍA DE VISITAS. El del martes fue el día más concurrido en el camposanto de Castiñeiras tras Difuntos. Decenas de personas se acercaron, muchas con la intención de comprobar si sus difuntos seguían reposando en paz. "Veño a ver se lle fixeron algo a tumba da prima da miña muller, pero vexo que non", dijo un vecino. "Que sacaran a un pode entenderse por un tema de herencia, que ás veces lle veñen facer mal a algún, pero sete...", reflexionaba otro. Y un tercero ironizó: "Hoxe non se respecta nin aos vivos nin aos mortos".

Comentarios