El vicepresidente Rueda espera su hora

Cuando muchos, dentro y fuera del PP, parecen alterarse, el que fue número dos de Feijóo en la Xunta desde 2009 mantiene una intensa agenda institucional y transmite una sensación de calma, midiendo los tiempos del proceso
Alfonso Rueda Valenzuela (Pontevedra, 1968), el lunes pasado en el pleno del Parlamento. PEPE FERRÍN (AGN)
photo_camera Alfonso Rueda Valenzuela (Pontevedra, 1968), el lunes pasado en el pleno del Parlamento. PEPE FERRÍN (AGN)

"Tranquilidad y previsibilidad". Ese fue el mensaje que trasladó este sábado Alfonso Rueda. Que es el mismo que lleva trasladando desde que arrancó el proceso sucesorio de Feijóo y que además coincide plenamente con el de su todavía jefe de filas, que también reitera las llamadas a la calma. Enfrente, algunos barones asoman la cabeza y la oposición se altera. Pero Rueda sigue a lo suyo, con una intensa agenda institucional –reforzada incluso por la ausencia de Feijóo–, con discrección total sobre sus aspiraciones y midiendo bien los tiempos de un proceso complejo tanto a nivel Xunta como a nivel orgánico.

"Estamos hablando internamente y lo que puedo garantizar es que vamos a hacer las cosas bien, con tranquilidad y previsibilidad", dijo este mismo sábado en Tui, donde el vicepresidente recordó que a los únicos que ve "nerviosos" es a los partidos de la oposición.

"Estamos en esas dos fases que llevamos hablando estos últimos meses, primero la fase de partido y ahora en la Xunta. Creo que la estabilidad y la previsibilidad, que decíamos, y la tranquilidad con la que se están haciendo las cosas para hacerlo bien se está cumpliendo", consideró.

"Nerviosos se están poniendo los otros", añadió Rueda. "Asistimos a discusiones entre el PSOE y el BNG, por la posición del BNG y no me extraña, por Ucrania, disensiones en el Bloque... Las discusiones las dejamos para otros partidos", ironizó. Para el político pontevedrés, tanto en la Xunta como el PP "se están haciendo las cosas bien" e insiste en la idea de conseguir "una propuesta conjunta" de todos para cerrar el relevo de Feijóo. "Y yo garantizo que haremos una sucesión en la Xunta cuando proceda, de la misma forma que llevamos gobernando, con previsibilidad y tranquilidad y tratando de acertar", concluyó.

Rueda: "Estamos hablando internamente y hay que garantizar que las cosas se harán bien. Nerviosos se están poniendo otros"

TRES ESCENARIOS. Alfonso Rueda sigue siendo, en todo caso, el favorito para suceder al presidente, pero la clave sigue estando en como materializar esta transición, porque más o menos todos son conscientes en el partido que Rueda no es Feijóo y que nunca conseguirá el nivel de aclamación que tuvo y tiene el de Os Peares.

Esa es la razón por la que a algunas voces del PP, entre las que estarían el propio Feijóo, Rueda o Tellado, no les desagrada la opción de nombrar al pontevedrés presidente de la Xunta y, a la vez, también del PPdeG a nivel orgánico por designación directa de los órganos de dirección del partido, una vía que contemplan los estatutos. La ventaja principal es que se conseguiría lo que de verdad quieren el partido: una transición rápida, directa y, sobre todo, que no genere ruido, porque las municipales están a la vuelta de la esquina y todo lo que sea enredar puede ser perjudicial.

Esta opción tiene un pero: que huele a dedazo en unos tiempos donde la moda son las primarias como símbolo de la democracia interna de los partidos –aunque en la práctica no lo sean–. Además, hay barones que creen que concentrar todo el poder, orgánico e institucional, en una misma persona los deja desarmados de cara al futuro, como estuvieron estos años con Núñez Feijóo.

Cada barón provincial tiene su demanda legítima. Un medio desveló que Baltar exigió una vicepresidencia a quien quiera su apoyo

El segundo escenario es, precisamente, el del congreso. Lo piden abiertamente Diego Calvo y Manuel Baltar, por ejemplo. Rueda sería presidente de la Xunta, pero la dirección del PPdeG se la tendría que ganar en un cónclave lo antes posible, para no interferir con las municipales de mayo de 2023. La ventaja es evidente: un liderazgo refrendado en un congreso es mucho mayor. Y la pega no es menos evidente: además del ruido que genera un proceso así durante meses, puede haber más de un candidato. Por ejemplo, en A Coruña creen que, como provincia, ha llegado su momento. Por eso, los contrarios al congreso aceptarían siempre que sea como el de Feijóo en Sevilla: por aclamación.

El tercer escenario posible es la bicefalia. Insólita en el PPdeG, dejaría a Rueda en la Xunta y a Miguel Tellado temporalmente en el PPdeG, como ahora. Pero las nuevas responsabilidades del ferrolano en Génova acortan los plazos para exprimir esa fórmula.

Y todo esto es, en definitiva, lo que se está hablando ahora internamente en el PPdeG.

LAS DEMANDAS. Se habla de eso, pero también de algo más, porque sobre la mesa también hay demandas. Si los barones aceptan finalmente a Rueda, todos pedirán contrapartidas. Público informaba este sábado de que Baltar habría exigido una vicepresidencia del PPdeG a cambio de su apoyo. Y todos saben que a Candia y a Calvo no les disgustaría una consellería, aunque también es cierto que, en estos 13 años, Feijóo nunca confió en el coruñés para ello.

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