Víctimas y una testigo declaran que el acusado de abusos de Ferrol tuvo comportamientos ilícitos

Una amiga de su hija aseguró que le tocaba "el culo" cuando iba a su casa y le decía que era "muy guapa"

Este jueves han declarado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña otras tres víctimas del supuesto culpable de dos delitos de abusos sexuales a menores, corroborando la acusación de la denunciante principal, hija del encausado. Una de las testigos ha afirmado que era amiga de la hija del acusado, cuyas iniciales son A.E.M.D, hasta que empezó a notar comportamientos "que no eran normales" en el padre de la víctima, como que le tocase "el culo" cuando iba a su casa o que le dijese que era "muy guapa".

Además, esta joven ha confesado que, cuando dejó de visitar a su amiga por sentirse incómoda con dichas actitudes, que el supuesto culpable empezó a amenazarla diciéndole que la "iba a meter en una furgoneta y le iba a hacer lo mismo que le hacía a los demás" y otra serie de comentarios con ánimo libinidoso. Por otro lado, la víctima para la que Fiscalía reclama una indemnización de 9.000 euros por daños morales y una pena de privación total de libertad del encausado de 3 años, así como una orden de alejamiento por el mismo periodo de tiempo, ha relatado que ella también sufrió abusos sexuales durante una semana que se quedó en casa de la hija de A.E.M.D.

También ha añadido, visiblemente nerviosa y sin poder reprimir las lágrimas, que el padre de su amiga le tocó los pechos "por debajo de la ropa" e intentó hacer lo mismo en sus genitales con la excusa de realizarle unas curas en una rodilla en la que tenía una herida como consecuencia de una caída de moto.

La ahijada del supuesto abusador ha añadido a estos testimonios que ella sufrió durante años el mismo comportamiento de su padrino y que no lo denunció en su momento -en la actualidad el delito habría prescrito- porque nadie la iba a creer y le "tenía miedo" al acusado, con el que desde hace años ya no tiene ningún tipo de relación. En la vista oral de este jueves ha prestado declaración en el estrado una perito, encargada de estudiar el material de su ordenador tras recibir la Policía una denuncia sobre un posible delito de pornografía infantil, que ha explicado que, si bien no se puede afirmar con rotundidad que sea culpable de ello, sí es cierto que había el encausado había reseteado el disco duro de su ordenador.

Asimismo, ha añadido que cuando inició el proceso de recuperación de la memoria, encontró "una gran cantidad de archivos" con contenido ilícito y que le "cuesta creer que se los haya descargado todos de forma accidental". Minutos antes de comenzar la vista oral de este jueves, el abogado de la acusación particular, Javier Ontañón Ortiz, ha mostrado su deseo de que "se haga justicia" y de que su clienta pueda "dar carpetazo a este terrorífico episodio de su vida". "Entiendo que el juicio va planteando un tipo de pruebas que arrojan mucha luz sobre lo sucedido y como ciudadano pues la verdad es que está siendo un poco duro", ha aclarado en cuanto a su visión del proceso.

Este miércoles, el denunciado negó haber participado en ninguno de los hechos que se le imputan y que jamás le había realizado ningún tipo de tocamiento ni le había pedido que lo masturbase o le practicase felaciones, como mantiene su hija. Así las cosas, la madre de la víctima declaró este miércoles que, tanto ella como su pareja, le recriminaban a la joven su forma de vestir llamándola "guarrilla", algo que, según explicó la novia de un hijo del presunto culpable, llevó a que el encausado castigase a la muchacha dejándola "en bragas y sujetador", durante una semana y con las persianas levantadas, para que los vecinos la vieran.

La Fiscalía pide para el acusado una pena de 10 años de prisión -15 por parte de la acusación particular- y otros tantos de orden de alejamiento, así como una indemnización de 50.000 euros en concepto de daños morales por los supuestos abusos realizados a su hija. En el caso de la amiga de la joven, el Ministerio Fiscal considera que la pena debería ser de 3 años de privación total de la libertad y otros 3 de orden de alejamiento y una suma de 9.000 euros por los daños morales causados. Por el delito de tenencia y distribución de pornografía infantil, se reclaman tres años de prisión y otros tantos de libertad vigilada con la obligatoriedad de someterse a un programa de educación sexual.

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