Vuelta al cole en clave verde

Sogama recuerda que, con gestos sencillos, las familias gallegas pueden abaratar el inicio de curso al tiempo que le ayudan al planeta
Dos escolares, en la vuelta al cole. AGN
photo_camera Dos escolares, en la vuelta al cole. AGN

Termina la semana de la vuelta al cole en la mayoría de los lugares de España y Galicia, donde miles de niños pusieron fin a más de dos meses de vacaciones. Un momento señalado cada año en rojo en el calendario que provoca una pequeña revolución familiar en los hogares: es tiempo de vuelta a la rutina, del encaje de bolillos para conciliar y, sobre todo, el momento de realizar un desembolso económico. Y es que el coste de la vuelta al cole se estima en 758 euros por cada alumno gallego entre matrículas, comedores, ropa y material.

Consciente de este esfuerzo que cada septiembre realizan las familias, la Sociedade Galega do Medio Ambiente (Sogama) ofrece una serie de consejos a los padres y los niños que permiten ahorrar dinero al mismo tiempo que se ayuda al medio ambiente, ya que ambos aspectos suelen ir de la mano. Como es habitual cada vez que Sogama pone en circulación su material didáctico, no se trata de exigir grandes esfuerzos a los hogares sino que se busca concienciar a los gallegos de que gestos muy sencillos en nuestro día a día pueden suponer un importante ahorro en la factura de la vuelta al cole y un balón de oxígeno para nuestro planeta.

La clave, una vez más, es la filosofía de las tres erres: reducción, reutilización y reciclaje. Aplicando esta premisa a algunas prácticas el regreso a las aulas será más llevadero para todos. En líneas generales, se trata de moderar las compras y planificar la vuelta al cole, pero el decálogo de Sogama incluye muchas más ideas.

MATERIAL

Libros, carteras, libretas, lápices, bolígrafos, tijeras, colores, folios... La lista de material escolar que exigen los centros de educación infantil y primaria —en secundaria, cuyo arranque de curso se retrasa a esta semana que entra, ya suele reducirse— es interminable... y cara. Equipar a los hijos para que empiecen las clases se lleva el grueso del gasto.

Pero por suerte, la mayoría de los libros de texto —salvo aquellos de actividades sobre los que se escribe— son perfectamente reutilizables curso tras curso. El mercado de segunda mano funciona bien, incluso en la red, lo que abarata la factura. Y con el resto de material, Sogama aconseja comprar siempre que sea posible productos econógicos y libres de tóxicos, que ayudan a la salud de los estudiantes y del planeta. Los bolis recargables, las calculadoras solares que evitan las contaminantes pilas o los folios reciclados son ejemplos de buenas prácticas.

Y el otro grueso de la factura se la lleva la ropa, sea uniforme escolar o no. En este caso, Sogama apuesta por buscar gente que ya no use esos uniformes para pedirlos prestados, porque la mayoría quedan nuevos tras un curso o menos de uso; exactamente lo mismo que ocurre con muchas mochilas. Por otra parte, conviene revisar bien los armarios para ver lo que se tiene y hacer una lista para comprar solo aquellas prendas que sean necesarias.

CONCIENCIACIÓN

Más allá de la factura que pueda suponer el curso escolar en cuestión de material, el día a día también obliga a las familias a realizar importantes desembolsos en cuestiones como la alimentación o el transporte. Hai que desplazarse a diario al colegio, y en ocasiones hasta cuatro veces al día, por lo que el uso del transporte público o la posibilidad de compartir coche particular entre varios padres alivia el bolsillo y reduce significativamente las emisiones contaminantes.

Y lo mismo ocurre con la alimentación. Productos sanos y de proximidad benefician a la salud y al planeta, todo lo contrario que la bollería industrial. Y de paso, siempre que se pueda, hay que evitar los envases de plástico.

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