Carina Pérez y Omar Ricatti: "La mala elección del calzado afecta a la cadera y las rodillas"

La artesana de Reparación de Calzado Patricio señala los problemas a los que se enfrentan por la utilización de materiales de mala calidad que llevan a cabo las grandes empresas. Además, estos productos pueden provocar graves problemas de salud
Carina Pérez y Omar Ricatti en su taller de reparaciones. DAVID FREIRE
photo_camera Carina Pérez y Omar Ricatti en su taller de reparaciones. DAVID FREIRE

Carina Pérez y Omar Ricatti llegaron a Pontevedra desde Argentina hace 13 años. Omar tuvo la oportunidad de poder aprender el oficio de zapatero lo que le permitió que, actualmente, ambos se encuentren a cargo del taller Reparación de Calzado Patricio. El establecimiento combina la reparación y la artesanía. Carina es artesana y se ocupa de la reparación de bolsas, maletas o cualquier otro útil mientras que Omar se encarga de sacar adelante cualquier tipo de calzado que se haya visto perjudicado. La artesana nos habla en profundidad sobre el mundo de la reparación y las dificultades a las que se enfrentan en una época marcada por las modas y el consumismo.

¿Cuántos años llevan realizando este trabajo?

Omar hace 11 años que desenvuelve el oficio de zapatero. Yo llevo con la artesanía desde 2011.

¿Qué les llevó a dedicarse a ello?

Simplemente trabajo. Mi marido empezó a trabajar como empleado y el jefe le enseñó el oficio de zapatero. Finalmente le vendieron el negocio y se quedó a cargo del servicio.

¿Cómo ha cambiado la profesión?

La profesión cambió mucho al igual que también lo hizo la calidad del producto. Entre los zapatos de ahora hay muchos que son claramente descartables.

¿La gente sigue recurriendo a estos servicios con normalidad o afecta el creciente consumismo y la fast fashion?

Si, sin duda afecta. En este tipo de negocio afectan incluso las rebajas. En ellas te venden un par de zapatos por 10 euros e igual hacerle la suela nueva te cuesta 13 euros, entonces la gente muchas veces decide deshacerse de ellos. Es un bucle, no los reparan, los compran en rebajas y cuando se les rompen o los gastan se vuelven a comprar otros. Esto depende de la moda y como lo están haciendo todo muy asequible a través de precios muy reducidos la gente compra productos de mala calidad y al final no le compensa reparar, lo tira.

En la actualidad, ¿con qué dificultades se encuentra una persona que se dedica a la reparación?

La dificultad es el producto elaborado con calidad pésima. Esto provoca que la gente no entienda lo que cuesta reparar un producto. No entienden que el coste de reparación sea mayor a su compra, pero esto es debido a que vienen con calzado de plástico y el material que nosotros le tenemos que aplicar es goma, que es mucho más costoso. La sociedad y el consumismo dependen de nosotros. La economía y la falta de empleo también llevan a la gente a consumir este producto, estar a la moda, como quien dice, consumiendo porquería. Y al final el material es todo plástico y como es evidente contamina.

Nos involucramos mucho en las reparaciones y el resultado es muy bueno, por eso el público nos responde

En cuanto a los cuidados, ¿cuáles serían los básicos para mantener el calzado en buenas condiciones?

El calzado para mí es algo esencial, es lo que nos ayuda a vivir mejor. Los pies son una parte fundamental del cuerpo y por ello lo mejor es recurrir a un calzado de gran calidad acompañado de unas buenas plantillas. Pero claro, eso no está al alcance de todo el mundo. En cuanto al cuidado del zapato en sí lo esencial es la limpieza y la higiene, algo que está al alcance de todos y que no supone un gran esfuerzo.

¿Qué tipo de calzado es el que se deteriorado con más frecuencia?

Actualmente los tenis, sin duda es lo que más trae la gente a reparar. Y creo que esto se debe al ritmo de vida que llevamos como sociedad, además su uso también está muy de moda. En el pasado existía una gran devoción por los zapatos, que actualmente se ha convertido en una demanda continuada por las deportivas. Parece mentira pero la gente repara los tenis, lo que pasa es que a veces llegan a gastarlos hasta que tienen agujeros. La verdad es que ahora el negocio es muy triste, ver las condiciones en las que la gente anda por la calle, por situación económica o porque no se da cuenta es preocupante, sobre todo para su salud. Al pisar mal se producen efectos muy negativos en el cuerpo y la gente no es consciente de ello. La mala elección del calzado a la cadera y las rodillas.

¿Cuál es el perfil mayoritario del público que reciben?

En nuestro caso la mayoría de nuestros clientes son personas de 40 años para arriba. Son quienes más recurren a las reparaciones, quizás porque son los que se lo pueden permitir.

¿Cómo cree que percibe el público sus puestos de trabajo?

Considero que la gente valora nuestra labor. Nosotros nos involucramos mucho en las reparaciones y el resultado es muy bueno, creo que por ello el público nos responde tan bien. En nuestros trabajos priman los detalles y la preocupación por el acabado, algo que valora enormemente nuestra clientela.

Sus servicios son muy diversos, ¿qué reparan exactamente?

Ofrecemos servicios muy variados, el público si no trae una cosa trae otra. Somos un taller de reparación de calzado pero también trabajamos el cuero. Hacemos artesanía, reparaciones, lo que haga falta. Nos enfrentamos a lo que nos piden siempre que esté a nuestro alcance y creamos que el resultado puede ser bueno. Nos encargamos de reparar desde zapatos hasta bolsos o maletas. En una ocasión incluso llegamos a forrar un timón de barco en cuero. Ofrecemos muchas opciones y esto la gente lo valora y hace que sea constante con nosotros.

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