Ginés Corregüela: "Desayuno un chupito de aceite y puedo cenar 20 huevos rellenos"

A sus 52 años, Ginés ha pasado de ser un hortelano desconocido a tener 1,7 millones de followers en TikTok. Sus bocadillos XXL han cautivado al público: "Hay niños que lloran de alegría cuando me ven y me dicen que soy su ídolo", explica el ubedés, que ahora ha pedido una excedencia para hacer bolos y crear nuevo contenido.
Ginés Corregüela, con uno de sus bocadillos. EP
photo_camera Ginés Corregüela, con uno de sus bocadillos. EP

Ginés nació en Úbeda hace poco más de medio siglo. Hijo y nieto de hortelanos, se crio en el campo, ajeno al futuro impensable que le depararían las redes sociales. El 23 de agosto de 2021, inocente, subió su primer vídeo a TikTok: él haciendo un potaje en tanga. Meses después, por casualidad, llegó la fórmula mágica que lo catapultaría a la fama: preparar bocadillos XXL. Hoy, entre Instagram y TikTok, suma 2 millones de seguidores. Codiciado por las marcas más selectas, ha pedido una excedencia en el trabajo y firma colaboraciones con Mercedes Benz.

¿Cómo llega un hortelano común y corriente a tener más de 1,6 millones de seguidores en TikTok?
No sé, esto es surrealista. Simplemente, como se suele decir, he dado el pelotazo. Lo pienso y no me lo creo, porque hace un año, por estas fechas, ni siquiera habíamos empezado con todo esto de las redes. El primer vídeo lo colgué en Facebook y luego mi hija me fue metiendo en TikTok.

¿Entendía de tecnología o ha tenido que ir aprendiendo?
Ni entendía ni entiendo. Yo voy por la calle y, si quiero etiquetar a alguien, le tengo que pedir ayuda a algún vecino que me encuentre o a mi mujer. Soy malísimo con la tecnología, sobre todo, porque no pongo interés en aprender. A mí me interesan otras cosas.

Como su huerta, por ejemplo...
Claro. En mi casa siempre hemos sido hortelanos, del campo. Eso no lo cambio. Este año he sembrado un poquito menos, pero el rato que tengo se lo dedico a mi huerta y a mis animales.

¿Su oficio siempre ha sido el de agricultor?
Desde chico he estado siempre en el campo. Luego me fui a la construcción y estuve 30 años pegando yeso. Ahora he vuelto otra vez al campo, a lo mío.

¿Cómo está el sector agrícola en España?
Mal. Los agricultores estamos con la soga al cuello, estamos viviendo una crisis muy grande. Entre los incendios, el precio del gasoil, la sequía y las ventas a pérdidas, estamos que no podemos vivir.

Supongo que ahora le dejan más beneficios las redes que el campo. ¿Se plantea dejar la agricultura?
No, no; el campo no lo dejo. Yo tengo claro que lo mismo que mis seguidores hoy me abrazan, mañana me pueden tirar piedras. Por eso sé que no puedo dejar el puesto que tengo de encargado en una comunidad de regantes. Lo que he hecho ha sido pedirme una excedencia –porque ahora mismo tengo tantos bolos que no puedo acudir a dos sitios a la vez–, pero, si dentro de un mes tengo que volver a mi trabajo, yo vuelvo sin ningún problema.

¿Qué hace en esos bolos?
Hago un bocadillo y cuento mi historia. Luego vienen las fotos, que son una locura, pero ahora mismo me debo a mis seguidores.

¿En qué ha cambiado su vida desde que es influencer?

Siento que todo el mundo me conoce y que la gente me quiere un montón. Hay niños que lloran de alegría cuando me ven y me dicen que soy su ídolo.

¿Quiere decir que, de su nueva vida, más que los beneficios económicos, valora el cariño de su público?
Sí, sí. Yo estuve en un pueblo de Murcia haciendo un bolo y me tiré cuatro horas de reloj haciéndome fotos. Era impresionante.

¿Y nunca ha tenido miedo de que alguien se burle de usted?
Siempre hay críticas, sobre todo en mi propio pueblo. Hay gente que se ríe, que dice que soy cateto. La envidia es muy mala. Antes lo pasaba mal, incluso estuve a punto de colgar las botas por las críticas. Concretamente, fue cuando hice una recaudación para las víctimas del volcán de La Palma: después de que puse dinero de mi bolsillo, hubo gente que dijo que las donaciones me las quedaba yo. ¡Mentira! Igual que ahora, que he firmado una colaboración con la casa Mercedes de Sevilla y voy a tener, a lo largo de un año, nueve coches Mercedes de renting. Entonces, los que no saben por qué tengo un Mercedes, van diciendo que gano un millón de euros al año. Hablan sin saber.

¿Cuánto tiempo dedica ahora a las redes sociales?
Cada vez más, la verdad. Ahora hay directos en los que me tiro dos horas. También tardo lo mío en subir los vídeos.

¿Cómo hace para encontrar cada día una receta distinta? ¿No se le agotan las ideas?
(Ríe). ¡Las recetas las saco de todos lados! A veces se me ocurren a mí y otras veces me las dice mi mujer. También hago algunas que me piden mis seguidores o voy al supermercado, veo varios productos y digo: "¡Pues, venga, de esto mismo!".

¿Se come los bocadillos o los tira?
Yo me como lo que puedo, el resto, lo llevo a mi casa y se lo doy a mi hija o a quien lo quiera. Yo lo digo con sinceridad: ¿En qué cabeza cabe que me voy a almorzar un bocadillo de tres kilos de peso?

Uno de sus ingredientes favoritos es el aceite, ¿de dónde lo saca y cuánto consume?
Normalmente gasto el aceite de la cooperativa de Úbeda, porque el presidente es muy amigo mío. Solo para el bocadillo diario necesito un litro a la semana. Luego, aparte, el que uso en casa para echarle a las comidas. Además, todas las mañanas me bebo un chupito de aceite crudo. Es algo que me enseñó mi abuela y que hago todas las mañanas desde que tengo 14 años. De hecho, si duermo fuera de casa me llevo mi cápsula para tomármela cuando me levante porque para mi es algo sagrado. El aceite crudo es muy bueno, es un zumo natural.

Otro de sus ingredientes favoritos son los huevos, ¿cuántos se puede comer al día?
¡Uf, un montón! Fritos, cocidos... de todas las formas. Cuando hace mi mujer huevos rellenos me puedo comer hasta veinte.

¿¡Veinte!?
Sí, sí, cuarenta medios. ¡Es que me encantan! Muchas veces mi mujer me quita la bandeja y me dice: "¡Te va a dar algo!". Pero me da igual. Si hace huevos fritos me como siete u ocho. Siempre echándoles aceite crudo.

Con todo lo que come, ¿los análisis médicos le salen bien?
Los últimos que me hice para el trabajo hace dos meses me salieron bien. Hice un directo para enseñarlos, nadie me creía.

¿Y ahora, cuál es su sueño?
Mi gran sueño es ir a Supervivientes, quiero demostrar cómo soy.

¡Suerte, entonces!
Gracias y ¡que empape, que empape!

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