La mansión mallorquina de Boris Becker, okupada

Un grupo hippie lleva meses en la parcela del extenista, que ha tenido importantes problemas económicos

Boris Becker, este jueves en París, con motivo de Roland Garros. EFE
photo_camera Boris Becker, este jueves en París, con motivo de Roland Garros. EFE

Los primeros llegaron hace un año a Son Coll, y allí se quedaron. La mansión mallorquina del extenista alemán Boris Becker, que ha estado amenazada por subastas como consecuencia de sus problemas económicos y se puso a la venta hace años, está okupada por un grupo hippie. Tienen huertos, y hasta wifi.

El diario Última Hora ha contactado con sus ocupantes, empezando por los alemanes Bauchi, Hassel y Steffi. Según relatan, hay dos estancias habitadas, por una pareja con un hijo y una joven. Tienen también un cobertizo acondicionado en el exterior, huertos y piensan en incorporar gallinas. Aseguran, con todo, que dejarán el lugar si el extenista lo reclama.

La mansión, situada en Artà (Mallorca) y adquirida por Becker en los años 90, es un símbolo de las dificultades económicas del extenista. Salió a la venta hace años y algunos medios apuntan que lleva tiempo prácticamente abandonada. En su parcela hay piscina, pista de tenis, gimnasio o un establo, entre otras construcciones.

En junio de 2017, un tribunal de Londres declaró en bancarrota al extenista, poseedor de seis títulos de Grand Slam. A pesar de que los abogados de Becker solicitaron al tribunal de quiebras de la capital británica una "última oportunidad" para pagar a deuda —se estimaba en unos seis millones de euros—, la jefa de Registro Civil encargada de tratar con el caso lo declaró insolvente.

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