Patricia Pardo: "El caso de Asunta me marcó, conocí a la niña en su día"

La periodista compostelana Patricia Pardo, con una dilatada carrera profesional en el mundo de la comunicación, se vuelve a quedar sin vacaciones de verano por quinto año consecutivo al estar al frente con Joaquín Prat de El programa de verano
Patricia Pardo. EP
photo_camera Patricia Pardo. EP

MEDIA VIDA en Madrid y otra media en Santiago de Compostela, la tierra que vio crecer a la periodista Patricia Pardo. La distancia no es ningún obstáculo para ella porque sigue sintiéndose "más gallega que los caramuxos y que la propia catedral de Santiago".

¿Le viene de familia su vocación por el periodismo?

Ninguno en mi familia se dedica a esta profesión.

¿Lo tuvo claro cuando dijo "Yo quiero ser periodista"?

Desde pequeña me llama la atención el mundo de la comunicación y mis padres dicen que yo decía de ser periodista. A mí se me daba bien escribir, entonces en ese momento de decidir si ciencias o letras y qué carrera escoger, dudé en hacer Medicina en Santiago, pero también me apetecía salir de Galicia y vivir fuera. Por lo que me decanté por el periodismo. Nunca pensé trabajar en televisión, pensaba más en prensa escrita o radio.

¿Cómo fueron sus comienzos dentro del mundo de la comunicación?

Desde el principio tenía muchas ganas de trabajar, más que hacer prácticas en medios de comunicación de renombre. Me explicaron que era mucho más sencillo que te contrataran si empezabas de cero. En mi caso, comencé en Mediapro. Hice prácticas en Telecorazón y gracias a que empecé en un sitio pequeño, me dieron la oportunidad de presentar y hacer cosas que a lo mejor en un sitio grande no podría. Hacíamos muchas horas, como se hace realmente en televisión y más si eres becaria.

Los sucesos y los casos judiciales son los ámbitos que más le apasionan, ¿hay alguno que ha cubierto y que le haya marcado?

El caso de Asunta, porque conocí a la niña en su día. Ella fue la primera niña china adoptada en Santiago y se daba la casualidad de que el abuelo de la niña fue el abogado de mis abuelos y vivían en la misma calle. Entonces, recuerdo el boom que provocó en Santiago la llegada de esta noticia. Además, me tocó cubrirlo el mismo año que me casaba. Me marcó por muchas razones.

¿Qué anécdotas tiene para contar acerca de su profesión?

De reportera tengo cientos, millones, desde quedarme atrapada en la nieve en el taxi que me llevaba para hacer un directo al día siguiente, a que se desmayara mi cámara y tener que ponerme yo a grabar. Luego en plató he tenido muchísimos, desde que se nos caiga la mesa de sonido antes de empezar el programa, hasta quedarnos a oscuras. También he tenido encontronazos: recuerdo uno sobre los toros con Eduardo Inda y otros compañeros. No soy antitaurina como tal, porque no me gusta ser antinada, pero la verdad es que el mundo de los toros no me apasiona.

Su marido Fran es gaditano, ¿cuánto de Andalucía hay en usted?

Hay una frase que la digo mucho y que la tengo grabada: "A veces necesitamos un poco de sur para no perder el norte". Somos polos opuestos al máximo, él es gaditano para muchas cosas y yo gallega para otras. Yo soy más reservada que él y, a veces, me tiene que dar un empujoncito para hacer según que cosas. Otras veces, lo bajo yo a él. En definitiva, nos compenetramos muy bien.

En sus redes sociales tiene puesto Pasiño a pasiño faise o camiño, ¿qué significa y qué trasfondo tiene esta frase para usted?

Es primordial: no hay que correr mucho, simplemente hacer las cosas con paso firme. La vida y la trayectoria de la gente es así, hay que tener claro cuál es la meta. El destino está trazado, pero hay que currárselo. Esto es como los peregrinos que llegan a Santiago, el camino lo tienen marcado pero pasito a pasito y con esfuerzo llegan a su destino.

¿Qué le pasó en uno de los programas con Pilar Abel, la mujer que decía ser la hija de Dalí?

Fíjate que me dijo, sin yo saberlo, que estaba embarazada. Hay gente que se piensa que formaba parte del guion, pero esa parte no constaba. Lo puedo garantizar. Me quedé en shock porque me lo dijo con esa seguridad, cuando yo en ese momento no lo sabía.

Media vida en Madrid, ¿qué echa de menos de Santiago que por mucho que esté fuera no deja de recordar?

La última imagen con la que me iba a dormir: el lateral izquierdo de la catedral de Santiago. Yo me dormía mirando la torre del reloj.

Comentarios