La reina Letizia causa sensación en Suecia con su vestido de tul de H&M

La Reina lució la tiara Flor de Lis, la más preciada de su colección y emblema de los Borbones
La reina consorte de Suecia Silvia Renate Sommerlath y la reina Letizia. JUANJO MARTÍN
photo_camera La reina consorte de Suecia Silvia Renate Sommerlath y la reina Letizia. JUANJO MARTÍN

LA PRIMERA jornada de la visita de Estado de los reyes Felipe y Letizia a Suecia tuvo su broche con el banquete de gala ofrecido por sus anfitriones, Carlos XVI Gustavo y la reina Silvia, en el Palacio Real de Estocolmo, en el que las familias reales desplegaron el boato y esplendor de dos de las monarquías más antiguas de Europa.

El salón Mar Blanco fue el escenario de la cena, en la que participaron un centenar de invitados, entre ellos, la princesa heredera Victoria, su hermano, Carlos Felipe, y sus respectivas parejas, Daniel y Sofía, en un gesto de la buena relación que une a los Bernardotte y a los Borbones.

Como era de esperar, las reinas y la que será en su día la primera jefa de Estado de la actual dinastía sueca lucieron algunas de las mejores tiaras de sus joyeros.

En el caso de Doña Letizia, optó por la Flor de Lis, el emblema de los Borbones, considerada la más preciada de su colección por su diseño y sus brillantes, que fue el regalo de boda de Alfonso XIII a la reina Victoria Eugenia en 1906.

La Reina española optó por un conjunto oscuro sin mangas, frente al vestido con estampados florales de la princesa Victoria. Su vestido de tul es de la firma de moda sueca low cost H&M. Se trata de una pieza sostenible confeccionada con poliéster reciclado y tul, que cuesta unos 300 euros.

Felipe VI exhibió el Collar de la Orden de los Serafines, la más prestigiosa de Suecia. Carlos XVI Gustavo, también con frac, hizo lo propio con el Toisón de Oro que le concedió Juan Carlos I en 1983, en su único viaje de alto nivel a España con la reina Silvia.

Felipe VI y la reina Letizia. JUANJO MARTÍNDesde 2008, cuando estuvieron en Estocolmo los grandes duques de Luxemburgo Enrique y María Teresa, el Palacio Real, uno de los más grandes de Europa, no albergaba una cena de gala de dos monarquías en el marco de una visita de Estado, con lo que el banquete de ayer cobró una especial relevancia en cuanto a su suntuosidad.

Esta vez no hubo mesa imperial, que se redujo a una presidencia de 19 comensales, con los dos soberanos y sus consortes, la princesa Victoria y su marido.

Solo la hija pequeña de los reyes suecos, la princesa Magdalena, que vive en Estados Unidos, fue la única que se ausentó del recibimiento por la mañana, que siguió un almuerzo privado y la tradicional cena de gala como broche a la primera jornada.

El ágape tuvo como platos principales trucha ártica asada, rodaballo salvaje asado con pulpo sueco y montura de reno ahumada con enebro, aderezados con dos tipos de caviar, salsa de ciervo o croquetas de setas.

De postre, manzanas escalfadas con caramelo salado, romero y almendras, brioche de hojaldre y helado de vainilla de Tahití.

El viaje de máximo nivel de Don Felipe y Doña Letizia tiene un carácter histórico, puesto que el precedente fue el que protagonizaron los reyes Juan Carlos y Sofía en 1979.

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