Salvador Sobral: "Una vez entras en el jazz no hay vuelta atrás"

El ganador en 2017 de Eurovisión actuará en el Maestral Music Festival de Sanxenxo el 17 de agosto
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photo_camera El artista portugués Salvador Sobral. CEDIDA

Salvador Sobral no ha tardado demasiado en dejar claro que no es un ganador de Eurovisión con fecha de caducidad, si es que en algún momento a alguien aún le quedaba la duda, después de aquella colosal actuación en la edición del 2017 con el tema Amar pelos dois, con la que logró el primer premio para su país natal, Portugal. Después de una larga estancia ingresado por problemas de salud, este año ha publicado su segundo álbum de estudio, París, Lisboa, lleno de honestas y bonitas composiciones cargadas de jazz e influencias de diferentes países. Vendrá a presentarlo a Sanxenxo, el día 17 de agosto, siendo uno de los cabezas de cartel del recién nacido Maestral Music Festival.

Quizá haya ganado Eurovisión con una de las mejores canciones que se han presentado al concurso en toda su historia. ¿Lo ve de la misma forma?

¡Wow!. Empiezas fuerte la entrevista... La verdad es que yo no lo veo así. Si digo que hemos llevado la mejor canción a Eurovisión sería demasiado presuntuoso por mi parte. Pero lo que sí siento es que llevamos una canción muy honesta y verdadera, que es algo que no se lleva mucho en este concurso.

Ha dicho en alguna entrevista que su paso por ese certamen ha sido como su prostitución. Sin embargo, ¿no podría entenderse como una reivindicación de la música de calidad en un concurso de ese tipo?

Yo dije eso en broma, era ironía. Lo que pasa es que, a veces, la gente no termina de captarla. Es una prostitución orgullosa (ríe). Pero sí, mi hermana me mostró la canción y vi que no me iba a comprometer jamás porque la canción es preciosa.

Su hermana Luisa Sobral también es una cantautora de éxito. Parecen una familia muy musical. ¿Dónde y cuándo nace su pasión por el jazz?

Mi familia es muy musical, sí, pero mi padre no escuchaba mucho jazz. Él, más que nada, escuchaba música de los 60s, los 70s... Bob Dylan, Simon & Garfunkel, The Beatles... Escuchamos a los Beatles durante toda nuestra vida. Cuando me fui a hacer el Erasmus a Mallorca y me quedé allí a vivir, fue entonces cuando un amigo mío, guitarrista, me mostró una canción de Chet Baker, But not for me, que no es suya, pero tiene una versión del tema. Me pareció de una sensibilidad y una preciosidad que no había escuchado nunca hasta el momento. De una honestidad brutal. Entonces empecé a escuchar a Chet Baker, y de Baker me fui a Coltrane, y así pasando de uno a otro. Y nunca más pude salir de este mundo. Una vez entras en el jazz no hay vuelta atrás.

¿Es posible que gracias a usted el público generalista se haya quitado de encima ciertos prejuicios acerca del jazz?

Hubo un tiempo en el que me sentía el profeta del jazz, llevando este género a las tierras portuguesas donde casi no lo hay ni es escuchado. Pero creo que está creciendo, como todo en Portugal. Está vibrante, vivo. Ya no soy sólo yo, creo más gente esta apostando por este género y estoy muy feliz de que esté pasando.

"El mundo sería un lugar mucho mejor si la gente supiera mirar más hacia adentro de ellos mismos"

En canciones como 180, 181 (catarse) refleja con mucha honestidad su paso por los hospitales y quirófanos. ¿Es duro escribir letras con tanta nitidez sobre sus experiencias personales?

A mi me gusta hacer las dos cosas. En Paris, Tokyo II, por ejemplo, sí es todo muy personal, pero en Benjamin me invento un personaje y su historia. Pero quizá tengas razón: sobre la propia experiencia es más difícil de escribir. Mirar hacia adentro es más complicado que hacia afuera, como con todo en la vida. El mundo sería un lugar mucho mejor si la gente supiera mirar más hacia adentro de ellos mismos.

"Los guitarristas tienen pedales para cambiar el sonido del instrumento, y mis pedales son las lenguas"

En su último álbum, París, Lisboa canta en inglés, francés, portugués y castellano. ¿Se enfrenta de la misma forma a las canciones independientemente del idioma?

Cada idioma tiene su encanto, sus propias sílabas, sus propios vocablos y sonidos interesantes. A mí me gusta jugar en cada lengua con los diferentes sonidos que ofrecen. Mira, los guitarristas tienen pedales para cambiar el sonido del instrumento, y mis pedales son las lenguas. Con cada una hago cosas distintas, incluso asumo personajes distintos. Uno mismo cambia dependiendo de la lengua que hable.

¿Qué ha estado escuchando últimamente? ¿Hay algún artista al que considere indispensable darle una oportunidad?

Es curioso, porque ahora todos los jueves sacamos un vídeo de unas sesiones con un amigo a la guitarra y hay un cantautor portugués, ya antiguo, que se llama Fausto. No sé si en España será muy conocido, pero es un cantante de antes de la Revolución. No lo había escuchado mucho, pero justamente ayer escuché una canción suya que flipé, y me dije: tengo que escuchar más a Fausto. Seguramente, últimamente esté escuchando más música portuguesa antigua que no había escuchado antes. Como te dije, mi padre ponía más música inglesa y americana.

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