Quiero ser princesa

La anorexia y la bulimia son los trastornos alimentarios más extendidos en aras de un utópico cuerpo perfecto. Los atracones, vómitos y falta de menstruación son síntomas

CADA VEZ que no tengo fuerzas, cierro los ojos y me imagino perfecta. Cada kilo que pierdo es un sueño logrado. Nada sabe tan rico como estar delgada. Si traiciono a Ana, Mia me perdonará». Estas son frases motivadoras extraídas de blogs que encontramos en las redes sociales. En estos espacios se comparten dietas (dieta del agua, dieta del yogur...), laxantes, se hacen ‘carreras de kilos’ e incluso se dan consejos para suicidarse si no logran tener un cuerpo perfecto.

Pero...¿Quién es Ana? ¿Quién es Mia? Son siglas que se utilizan en la red para referirse a la anorexia (Ana) y a la bulimia (Mia).

La anorexia nerviosa se encuentra dentro de los trastornos alimentarios (T.A.). Se define como la restricción de la ingesta energética en relación con las necesidades, que conduce a un peso corporal bajo con relación a la edad, el sexo, el curso del desarrollo y la salud física. Hay un miedo intenso a ganar peso o a engordar y está alterada la forma en que uno mismo percibe su propio peso o constitución.

Podemos diferenciar dos tipos: restrictivo (no hay episodios recurrentes de atracones o purgas) y con atracones/purgas (por ejemplo: vómitos autoprovocados, laxantes, diuréticos o enemas). En la anorexia restrictiva la pérdida de peso es debida a dieta, ayuno y/o ejercicio físico.

La edad de inicio se sitúa entre los 13 y 18 años. Los estudios científicos apuntan a que cuando el inicio de la anorexia nerviosa es temprano el pronóstico es peor

La incidencia de los trastornos alimentarios ha aumentado en las sociedades occidentales (en la India existen pocos casos de anorexia y ser obeso no es un problema). En los últimos treinta años se ha producido un cambio en el ideal de belleza y se ha apostado por un cuerpo más esbelto, con lo que la delgadez no solo se ha convertido en un signo de belleza, sino también de éxito y autocontrol (tener un mejor trabajo, una mejor pareja), especialmente para las mujeres.

Aproximadamente el 90 por ciento de los casos de anorexia nerviosa se observan en mujeres. Estos mensajes culturales se transmiten a través de la familia, los compañeros, amigos, pero sobre todo, a través de los medios de comunicación. En nuestro día a día podemos ver a modelos con cuerpos espectaculares en las revistas.

La edad de inicio se sitúa entre los 13 y 18 años. Los estudios científicos apuntan a que cuando el inicio de la anorexia nerviosa es temprano (antes de los 11 años) el pronóstico es peor. De ahí la importancia de tener en cuenta los signos y síntomas más frecuentes.

Algunos que debemos destacar son: pérdida excesiva de peso en un corto espacio de tiempo, alteraciones o ausencia de la menstruación (en niñas), realizar ejercicio físico excesivo, desparecer de la mesa después de comer, modificar la forma de comer (desmenuzar los alimentos, masticarlos muy bien) y los tipos de alimentos (por ejemplo, comer kilos de ciruelas). Pueden aparecer complicaciones físicas como: sequedad de la piel, caída de pelo, pigmentación amarillenta de la piel, uñas que se agrietan, extremidades frías y aparición de vello fino en mejillas, espalda, muslos y antebrazo.

Pero, ¿qué puedes hacer tú como madre/padre? La educación basada en la confianza y el respecto desde la infancia es una pieza clave. Hay que enfatizar el papel de los medios de comunicación (internet) como un caldo de cultivo para difundir las ideas Pro-Ana y Pro-Mia y que como padres debemos supervisar y asegurarnos del uso adecuado de estas redes.

Si tienes sospechas de que tu hijo/hija pueda sufrir algún trastorno alimentario siéntate a hablar con él/ella de las cosas que observas y que te preocupan

Si tienes sospechas de que tu hijo/hija pueda sufrir algún trastorno alimentario siéntate a hablar con él/ella de las cosas que observas y que te preocupan. Nunca le mientas, no decirle la verdad solo podría aumentar su desconfianza, su inseguridad y su falseamiento de la realidad. Pero tienes que tener en cuenta que el principal problema con el que te puedes encontrar es «la no conciencia de enfermedad» y por ello, es importante que busques la ayuda de un psicólogo para que te acompañe y te dirija en todo este proceso.

El tratamiento de la anorexia desde una perspectiva cognitivo-conductual se divide en dos fases: la intervención con el fin de recobrar el peso corporal y salvar la vida del paciente; y las intervenciones posteriores continuadas para mejorar los problemas de adaptación y familiares existentes. Abordar el trastorno desde una perspectiva multidisciplinar aumentará las probabilidades de éxito.

Los tratamientos de la anorexia nerviosa son largos, un promedio de 2-4 años, y aunque a veces como padre tengas la sensación de que no eres capaz de afrontar la situación, no tires la toalla e inténtalo siempre de nuevo.

«...Porque no todas las niñas que quieren ser princesas llevan vestidos de color rosa y zapatos de cristal...»

[email protected]

Más en La ventana del Experto
Comentarios