La incertidumbre de los ganaderos gallegos por si habrá finalmente una fumata blanca que aporte estabilidad a su futuro se ha tornado en indignación. Ese es el sentimiento que expresan los que ya no se mueven de sus explotaciones frente a los que se movilizan con sus tractores ante las plantas lácteas desde hace cinco días.
La tensión entre ambos sectores es patente. Los que se oponen al bloqueo creen que la subida que se pueda lograr no compensará las cuantiosísimas pérdidas que están sufriendo debido a que tienen que tirar la leche que producen sus vacas -unos 25 litros diarios por res-, ya que no hay entrega, ni recogida.
Hay grupos de ganaderos descontentos que se plantean, si el parón se prolonga, escoltar ellos mismos a los camiones cisterna para que su producción pueda llegar a su destino y no tenga que acabar esparcida por una leira.
EN EL AIRE. Mientras la brecha es mayor, los portavoces de la Plataforma en Defensa del Sector Lácteo, que es la promotora de las protestas, dan de plazo hasta este miércoles al mediodía para decidir si desconvocan o no el bloqueo a las fábricas, en las que desde el pasado sábado ''non entra nin sae un só litro de leite''.
La desconvocatoria dependerá de que algunas industrias, tal y como les han solicitado, concreten las ofertas de subida del precio de la leche en origen, según explicó. Si es así, los productores cambiarán de objetivo. Desviarán su protesta hacia las cadenas de distribución que no hayan anunciado un incremento en lo que pagan.
''Non vamos marchar para casa. Cambiaremos o obxetivo. Estamos moi cerca. Hai pasos adiante para chegar a un acordo. Pero temos que seguir exercendo a presión'', afirmó el martes el coordinador de la Organización de Productores Lácteos, Anxo Escariz.
Esa ''presión'' se mantendrá hasta el martes de la próxima semana, día en el que está previsto que se firme en Madrid el acuerdo entre el Gobierno, la industria y la distribución.
