Lina, a punto de ser madre a los 62 años: "Es casi un embarazo natural"

La médico lucense que espera su tercer hijo tras años de menopausia se defiende de las críticas en el programa 'Hazte un selfi'. "El mejor regalo que le puedes hacer a cualquier ser humano es darle la vida"
Lina, embarazada a los 62 años
photo_camera Lina, embarazada a los 62 años

La médico lucense que a sus 62 años espera su tercer retoño ha vuelto a acaparar los focos de los medios de comunicación. En el programa Hazte un selfi, Lina se defendió de las críticas de quienes consideran una aberración que una persona de su edad se haya sometido a un tratamiento de fecundación in vitro para volver a ser madre. "El mejor regalo que le puedes hacer a cualquier ser humano es darle la vida. La enfermedad de mi primer hijo me hizo una mujer muy fuerte y me considero con la capacidad suficiente para mantener a mis tres hijos yo sola. Estoy encantada de cuidarlos y quererlos", afirmó feliz ante las cámaras de Cuatro.

Lina, cuyo primogénito sufre una parálisis cerebral, vivió su segundo embarazo a los 52 años, después de nueve años de menopausia y gracias a las técnicas de reproducción asistida. La experiencia fue tan positiva que siempre quiso volver a repetir y por eso, volvió a fecundarse. "Es mérito de la naturaleza humana. A mí me preparan el útero para albergar el embrión, pero el desarrollo del embarazo es totalmente natural, no tomo medicación desde el segundo mes", argumentó.

En esta ocasión nacerá una niña, que vendrá al mundo a mediados de octubre. "Considero que esto es un triunfo personal y lo estoy viviendo como una recompensa a todo mi sufrimiento pasado. Me implantaron un embrión que dejaron otras parejas. Mis hijos están encantados, esperando para abrazarla y quererla", resumió después de contar su experiencia personal, marcada por la parálisis de su primer hijo. "Tuve que renunciar a todo en mi vida. Le pincharon la cabeza con la amiocentesis, denuncié la negligencia médica, perdí en los juzgados y me embargaron el sueldo durante toda mi vida profesional, me quitaron el piso y sufrí muchísimo".

Una tristeza a la que puso fin su hijo Samuel, que llenó de alegría su vida y la de su primogénito. "No sabía que podía tener un hijo después de la menopausia. Adora a su hermano y ahora están los dos superfelices esperando el nacimiento de esta niña". 

En cualquier caso, reconoce que esta vez ha sido "un proceso milagroso", porque solo le transfirieron un embrión, congelado. Tenía un 6% de posibilidades de quedarse embarazada. Y se obró el milagro.

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