Barret: "Es el momento de plantearse sacar el CO2 de la atmósfera"


El economista Scott Barret considera que "hay que contemplar alternativas consideradas hasta ahora como ciencia ficción"

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photo_camera El economista Scott Barret. EFE

Una vez alcanzado un marco de cooperación en cambio climático con el Acuerdo de París, el mundo debe pasar de poner el foco en los objetivos de reducción de emisiones y centrarse en las soluciones, algo que, según el economista de la Universidad de Columbia Scott Barret, pasa por «sacar el CO2 de la atmósfera». 

En una entrevista realizada durante su visita a Madrid como jurado del premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Cambio Climático, Barret destaca que, dada la «insuficiente» acción por parte de los gobiernos en reducir emisiones, «ha llegado el momento de contemplar alternativas consideradas hasta ahora como ciencia ficción».

El economista, experto en el desarrollo de modelos económicos para dar respuesta a asuntos globales que requieren de cooperación internacional como es el caso de los problemas medioambientales, se refiere concretamente a «sacar el CO2 de la atmósfera y enterrarlo bajo tierra, o a soluciones de geoingeniería para enfriarla». «En este último caso, se trataría de poner partículas en la atmósfera que reflejen la luz y enfríen el planeta», aclara.

«No son soluciones milagrosas, son proyectos científicos colosales que requerirán mucha inversión, pero que hay que empezar a contemplar de manera paralela a la reducción de emisiones dada la urgencia que requiere la lucha contra el cambio climático y la lentitud con la que se avanza para combatirlo», añade. De hecho, 2017 cerró con una concentración de CO2 en la atmósfera de 405 partes por millón, lo que supone un 43 % más respecto a niveles preindustriales. 

Buen conocedor de todos los tratados ambientales internacionales, Barret considera que el Acuerdo de París «no cuenta con un diseño para cumplir el objetivo al que aspira de mantener la temperatura del planeta por debajo de los dos grados de aumento». 

«Lograr ese acuerdo fue un éxito, no tengo ninguna objeción a ningún punto del mismo pero creo que hay que ir mucho más allá y que el motivo por el que cerca de doscientos países se sumaron al pacto es porque es de cumplimiento voluntario», detalla.

Y es que, según el experto, «las cooperaciones voluntarias en un asunto como el cambio climático, en el que el esfuerzo de reducción de emisiones que se hace a nivel país tiene un beneficio a nivel global, no han dado buenos resultados, veinticinco años de negociaciones del clima han demostrado que los países se vuelven sospechosos de que otros no hagan su parte y tienen la tentación de no hacer la suya». 

«Solo un mecanismo de transparencia muy fuerte» para la revisión de los compromisos que voluntariamente han hecho los países en el marco del Acuerdo de París, que «realmente ponga en evidencia a las naciones que no han hecho su parte, podría redundar en una efectividad del pacto climático».
 

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