Galicia es, tras Cataluña, la comunidad autónoma donde se realiza más compostaje doméstico

Galicia es, tras Cataluña, la comunidad autónoma donde se lleva a cabo un mayor nivel de compostaje doméstico. Un informe publicado en 2010 por Composta en Red  registró unos 9.000 compostadores en la comunidad catalana, que se situaba así a la cabeza, seguida de la gallega, con cerca de 2.400, y de Madrid, con casi 2.000.

Así lo ha señalado, la mañana del jueves, el director de la Oficina de Medio Ambiente de la Universidad de A Coruña y profesor de Ingeniería Química en la misma institución, Manuel Soto Castiñeira, en el marco de las jornadas sobre la Gestión de Recursos Ambientales en Galicia organizadas por la UIMP y por Sogama que están teniendo lugar en la sede de la EGAP (Santiago de Compostela).

Soto Castiñeira fue uno de los promotores pioneros de este tipo de reutilización de los residuos orgánicos a comienzos de la pasada década, cuya importancia y beneficios destacó durante su conferencia. Tras incidir en que este tipo de residuos suponen entre un 40% y un 50% de la basura total generada por la población, presentó el compostaje doméstico como una vía útil para alcanzar dos objetivos principales .

El primero de ellos, la reducción de costes en la gestión de residuos en determinados municipios con alto grado de dispersión poblacional, y el segundo, además de conseguir una reutilización productiva de nuestra basura, aprender a hacer una correcta selección de residuos, que favorezca también a la calidad del producto reciclado y el compost elaborado en plantas de mayores dimensiones.

También, en procura de mejorar la calidad de separación de basura por sectores, se ha ideado un sistema de recogida puerta- por- puerta en poblaciones de menos de 10.000 habitantes, con núcleos muy dispersos, para asegurar que la gente tire los desperdicios en sus respectivos contenedores.

''SOLUCIÓN ÚNICA'' PARA EL RURAL
Soto Castiñeira se muestra muy optimista con la iniciativa y sus beneficios económicos para la gestión local de residuos. Por ello, asegura que, al igual que ya ocurre en otros lugares, para los municipios de una deteminada zona del interior de Galicia debería ser la ''solución única'' posible. Esta división por zonas ha sido estudiada por su departamento, tras lo que han concluído que en la denominada Zona 6, que engloba gran parte de Ourense y la parte sureste de Lugo, debería promoverse el autocompostaje. En 2004, cuando se llevaron a cabo las primeras valoraciones, se calculaba que 100.000 viviendas se acogerían a este sistema.

De igual modo, ha señalado, la gestión agropecuaria y agroindustrial valora esta solución a nivel económico ''dado los problemas que la gestión externa conlleva''. Como ejemplo, apuntó que el compostaje de residuos vitivinícolas, incluídos sus lodos de aguas residuales, crean un ''mejor balance ambiental in situ que en planta, además de mejor resultado económico''. Según apuntó, se pueden recibir ''retornos de la inversión'', en abonos, durante casi 5 años.

Soto comparó la comunidad gallega con Austria en el sentido de que este país, de una extensión que podría aproximarse a la de Galicia, cuenta ''con 536 plantas de compostaje medias y pequeñas'', con una capacidad de 2.400 T. Además, remarcó que su coste tecnológico es muy bajo y, sobre todo, de mano de obra. Así, ha dicho, se calcula que la creación de las estaciones de compostaje estudiada podría generar 625 empleos.

EL TRABAJO DE UNA DÉCADA
El compostaje en Galicia nació en torno al 2002 con una serie de proyectos piloto. El más importante de ellos, quizás, como señaló Soto en su comparecencia, fue el que realizaron en la Illa de Arousa, en el que se implantaran 200 compostadores. Aunque, tal y como recordó el profesor ''en el rural se hizo compostaje desde siempre'', o, al menos, se llevaron a cabo otras formas de ''reutilización'', como la alimentación animal con restos.

Estos proyectos piloto se llevaron a cabo conjuntamente entre la Diputación de A Coruña, Sogama y los concellos implicados (donde se implantaron los contenedores), que se encargaron de asegurar los medios técnicos y económicos; Adega, que se encargaba de la formación de los usuarios del ciclo de compostaje y la Universidad de A Coruña, que realizó diversos estudios de calidad y seguridad del producto final, ayudada también por Sogama.

La eficiencia de estos proyectos fue comprobada en la mayoría de los concellos donde se llevaron a cabo. En Ordes, por ejemplo, se registró un índice de eficacia de casi el 100% tras estudiar los residuos enviados al contenedor y ver que no había materia orgánica susceptible de ser enviada a compostaje. Eso quiere decir que los vecinos sabían perfectamente qué valía para compostar en los contenedores domésticos y qué debía ser enviado a planta. De igual modo, se registró una importante caída en los residuos en contenedor en Orozco, A Laracha, Camariñas...

En cuanto a los elementos impropios, es decir, los no válidos para el compostaje que se descubrieron en diversos estudios realizados a la materia durante el proceso en lugares como Ames, Illa de Aorusa, Ordes y Carballo, sólo supusieron un 1%. Esta es la prueba, tal y como apuntó Soto, de que el proceso ayuda realmente al ciudadano a recoger selectivamente y a conseguir un compost de calidad.

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