Objetivo: frenar la contaminación lumínica

Dos investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) están desarrollando un mapamundi nocturno ‘online’ para concienciar sobre sus riesgos

Imagen de la iluminación nocturna en Europa tomada desde la Estación Espacial Internacional. NASA
photo_camera Imagen de la iluminación nocturna en Europa tomada desde la Estación Espacial Internacional. NASA

Dos investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) están desarrollando un mapamundi nocturno ‘online’ para concienciar sobre los riesgos de la contaminación lumínica, cuya primera parte ya está publicada, y han abierto una campaña de microdonaciones para avanzar en la segunda.

El proyecto, bautizado Cities at Night, quiere "concienciar a la ciudadanía de que la luz artificial nocturna no sólo nos impide ver las estrellas, sino que altera nuestro reloj biológico, lo que tiene efectos negativos sobre la salud humana", explican desde la UCM.

Con la ayuda de más de 17.000 voluntarios y tres aplicaciones informáticas, los investigadores "han clasificado, localizado y georreferenciado" las imágenes que los astronautas hacen de nuestro planeta a diario desde la Estación Espacial Internacional para poder elaborar un mapa que "representa datos sobre la iluminación nocturna a los que los científicos no habían tenido acceso hasta ahora".

"Los 17.000 voluntarios son de todo el mundo" y se pusieron en contacto con los investigadores de la UCM después de presentar la primera fase del proyecto en agosto de 2014, explican los autores.

EFECTOS. Alejandro Sánchez y Lucía García insisten en que la contaminación lumínica, "cuyos efectos son desconocidos para la mayoría", no solo es perjudicial para los seres humanos sino que también "alteran los ecosistemas suponiendo un peligro para plantas y animales".

Con este mapa nocturno "se podrá mejorar nuestra eficiencia energética y controlar el gasto en alumbrado público" porque con las imágenes conseguidas hasta ahora se puede identificar la tecnología de iluminación que se emplea en cada parte de la ciudad, además de permitir analizar los efectos nocivos de la contaminación lumínica.

Los investigadores de la UCM son conscientes de que hablar de control de gasto público en términos de alumbrado es controvertido por la relación directa entre luz y seguridad.

Por ello, Lucía García insiste en que "no se trata de apagar todas las luces, sino de usarlas sólo cuando es necesario, dirigirlas hacia el suelo y mantener niveles correctos de iluminación".

Respecto a los daños para la salud, un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona relaciona "el cáncer de mama y próstata con la exposición a la luz artificial nocturna, en especial, la de color azul", explica la universidad en un comunicado.

AUMENTO. La preocupación por la contaminación lumínica surgió en el ámbito astronómico por la pérdida de calidad del cielo que perjudica las observaciones, pero en la última década han proliferado estudios que relacionan el exceso de iluminación nocturna con problemas en nuestra salud y con perjuicios en los ecosistemas que, sumados al derroche energético, muestran la importancia de regular la iluminación artificial.

Así, un estudio internacional publicado en Science Advances revela un claro aumento de las superficies iluminadas a escala mundial. Este incremento, de un 2,2% anual tanto en extensión como en intensidad, tiene lugar en un momento de transición a sistemas de iluminación LED, más capaces de reducir la emisión al espacio y su intensidad a demanda.

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