En su versión 2013, el Toyota Avensis recibe un mayor equipamiento que contribuye a mejorar su relación calidad/precio. Entre otros elementos, la nueva gama introduce los faros con función ‘Follow me Home’, que permanecen 30 segundos encendidos una vez estacionado el coche. Además, el acabado Advance ofrece opcionalmente tapicería Alcantara. Por último, la versión superior Executive ofrece de serie asientos de cuero calefactados con función de regulación eléctrica, llantas de aleación de 18 pulgadas y sistema de navegación Toyota Touch & GO Plus con equipo de audio premium de 11 altavoces y radio digital DAB.
Entre las diferentes opciones mecánicas en las que está disponible este modelo, una de las más interesantes es la 2.2 D4-D de 150 caballos de potencia. Este bloque mecánico, en combinación con la transmisión automática y la versátil carrocería Cross Sport es, precisamente, la protagonista de esta prueba.
Calidad
El alto nivel de calidad percibida es una de las principales virtudes del Avensis. Su diseño tanto interior como exterior no levantará pasiones pero no defraudará a quienes busquen un vehículo duradero en el tiempo.
Esa misma cualidad, se podría transmitir al resto del conjunto. El Toyota Avensis no destaca especialmente en ningún apartado, pero se defiende de forma muy honrosa en todos.
El propulsor se muestra como un incansable rutero, con unos consumos que, sin ser los mejores de la categoría, se muestran bastante contenidos, y unas prestaciones que, sin ser explosivas, resultan más que satisfactorias.
El cambio automático de seis marchas, Autodrive S, aporta un mayor confort de marcha. Además del modo totalmente automático, permite una utilización secuencial, por lo que el conductor puede variar manualmente la selección de marcha ya sea a través de la palanca o de las levas situadas detrás del volante.
Sin duda, se trata de un modelo muy recomendable para quienes, ante todo, busquen fiabilidad y funcionalidad diaria.
