Unos 65.000 fieles despiden a Benedicto XVI en la primera jornada de la capilla ardiente

La asistencia superó ampliamente las expectativas, con una multitud silenciosa en la basílica de San Pedro ► El funeral será el jueves
La capilla ardiente de Benedicto XVI, este lunes. STEFANO SPAZIANI (EP)
photo_camera La capilla ardiente de Benedicto XVI, este lunes. STEFANO SPAZIANI (EP)

Una fila interminable de fieles ha atravesado este lunes la basílica de San Pedro para despedir al papa emérito Benedicto XVI, procesionando ante su cuerpo en medio de un silencio reverencial y el ritmo sin pausa de una antigua letanía. En esta primera jornada de las tres que estará abierta la capilla ardiente de Joseph Ratzinger, fallecido el sábado con 95 años, la visitaron unos 65.000 fieles, según ha informado el Vaticano.

El dato superó con creces las expectativas, ya que la delegación del Gobierno en Roma había estimado en 35.000 los visitantes diarios en las tres jornadas previas al funeral, que se celebrará el día 5 de enero. La capilla ardiente, que ya generó colas en la madrugada del domingo al lunes, estuvo abierta entre las nueve de la mañana y las siete de la tarde. El martes y el miércoles la basílica estará abierta durante doce horas, de 7.00 a 19.00. 

Túnica blanca y casulla roja

Ratzinger, que en 2013 fue el primer pontífice en renunciar en los últimos seis siglos, yace sobre un catafalco de tela dorada a los pies del Altar de la Confesión y del baldaquino de Bernini, sobre el lugar en el que según la tradición fue sepultado San Pedro. Viste los paramentos pontificios, una túnica blanca cubierta por una casulla de un intenso rojo, el color del luto papal, y su cabeza estaba tocada por una mitra blanca, pero no lleva el palio, la estola de lana blanca que indica la jurisdicción papal. Tampoco el báculo en cruz, ni el Anillo del Pescador, ni los clásicos zapatos rojos.

La seguridad de la capital italiana se ha reforzado con motivo de la capilla ardiente y el funeral del pontífice emérito, con la presencia de más de mil agentes de las fuerzas del orden y el cierre del espacio aéreo en la plaza de San Pedro durante las exequias que el jueves presidirá el papa Francisco.

Aunque las colas, bastante bien organizadas, se han mantenido durante todo el día y se espera que sean varias decenas de miles los fieles que acudan hasta el miércoles a la basílica vaticana para despedirse del papa Ratzinger, la situación no tiene nada que ver con la realidad que se vivió en 2005, cuando falleció su antecesor, Juan Pablo II. En aquel momento, más de dos millones de personas acudieron a su capilla ardiente. 

Autoridades españolas en el funeral

La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, y el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, fueron de los primeros en despedir los restos mortales de Benedicto XVI que han podido entrar a la basílica. Ambos participarán en los funerales del jueves, en el que también estarán la reina Sofía, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y la embajadora de España ante la Santa Sede, Isabel Celaá, según han confirmado fuentes de Moncloa.

La ceremonia será inédita, y en ella solo habrá dos delegaciones oficiales, las de Italia y Alemania. El resto de autoridades que deseen acudir lo hacen a título personal. 

Benedicto XVI será enterrado en la antigua tumba de Juan Pablo II

Tras el funeral, el cuerpo de Benedicto XVI será enterrado en la cripta de la basílica de San Pedro, donde reposan muchos otros pontífices de la milenaria historia de la Iglesia católica.

La tumba elegida por él mismo ha sido la que acogió los restos de su admirado Juan Pablo II, vacía desde que en mayo de 2011 el ataúd fue de nuevo expuesto en la basílica de San Pedro tras la beatificación.