Argentina se ha convertido este jueves en el primer país de América Latina en autorizar el matrimonio homosexual, tras un reñido debate de 15 horas de duración el Senado ha aprobado la legalización de la unión legal entre personas del mismo sexo, según han informado los medios de comunicación locales.
La larguísima sesión estuvo marcada por las incógnitas hasta el último momento sobre el resultado final de las votaciones, sobre todo por que los senadores votaron en conciencia y al margen de ninguna disciplina de partido. Finalmente, según el diario bonaerense 'Clarín', el proyecto de ley se impuso por 33 votos a favor, 27 en contra y tres abstenciones.
El proyecto de ley impulsado por el gobierno de Cristina Fernández fue aprobado en una sesión calificada como "histórica". En un debate, muy acalorado por momentos, los senadores expusieron sus opiniones sobre el proyecto gubernamental, mientras defensors y detractores de la iniciativa se manifestaban frente al Senado para reivindicar sus posiciones.
El décimo país del mundo con matrimonio homosexual
Argentina se convierte así en el primer país de América Latina que introduce en su derecho civil el matrimonio entre personas del mismo sexo y el décimo en el mundo después de Países Bajos, Bélgica, España, Canadá, Sudáfrica, Noruega, Suecia, Portugal e Islandia. En el conjunto de América Latina sólo se reconocen las uniones civiles (que conceden derechos más o menos amplios) entre personas del mismo sexo en Uruguay y Colombia. El matrimonio homosexual es legal en Ciudad de México, pero no en el resto del país.
La iniciativa ordena una modificación del Código Civil para que se sustituya la fórmula de "marido y mujer" por la expresión "contrayentes" y establece que se deben igualar los derechos de las parejas homosexuales y las heterosexuales, incluso en aspectos tales como la adopción, la herencia y los beneficios sociales.
Según el diario 'Página 12', durante la sesión, que fue "un vaivén permanente", se esgrimieron básicamente tres argumentos: los que defendían la igualdad de derechos como sustento de la democracia, los que rechazaban abiertamente la ampliación del matrimonio civil y los que insistían en que plantear la unión civil en lugar del matrimonio no implica una discriminación.
Manifestaciones
Mientras transcurría el debate, y a pesar de las temperaturas polares que se viven en estos días en Buenos Aires, cientos de personas aguardaron durante horas en la plaza del Congreso a la espera del resultado acordado.
Bajo pancartas gigantes con lemas como 'Sólo varón y mujer' o 'Yo quiero un papá y una mamá', grupos contrarios al matrimonio homosexual, rosario en mano, rezaron una letanía de avemarías para pedir por el rechazo a la propuesta gubernamental.
Enfrente, grupos de derechos humanos y colectivos homosexuales reivindicaron el matrimonio homosexual con proclamas como 'Sácate la sotana' y 'Saquen sus rosarios de nuestros ovarios', arropados por organizaciones oficialistas, y celebraron con gritos de júbilo la decisión del Senado.
Sólo cuatro ciudades argentinas admitían la unión civil entre personas del mismo sexo, aunque desde diciembre al menos ocho parejas homosexuales se casaron en el país mediante habilitaciones judiciales, aunque algunos enlaces fueron posteriormente anulados.
