Buscan a un ultraderechista antivacunas que amenazó de muerte al Fernando Simón belga

La policía belga y la interpol tratan de detener desde hace días a Jürgen Conings, fuertemente armado
El militar ultraderechista Jürgen Conings, y algunos de los soldados belgas desplegados para darle caza. EUROPA PRESS
photo_camera El militar ultraderechista Jürgen Conings, y algunos de los soldados belgas desplegados para darle caza. EUROPA PRESS

El militar ultraderechista Jürgen Conings, buscado activamente desde hace días por la policía y fuerzas de élite belgas, está desde el sábado también en búsqueda y captura internacional por la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol).  Su nombre y dos fotos —una de carné y otra con el torso desnudo, musculado y tatuado— se encuentran en la lista de personas más buscadas en el sitio web de Interpol. 

Su ficha especifica que Conings, de 46 años, está en búsqueda y captura por "amenaza de ataque terrorista contra personas y el régimen". La fiscalía federal belga informó de que ha encomendado a un juez de instrucción especializado en terrorismo el caso de este militar ultraderechista, huido desde el lunes pasado fuertemente armado tras proferir amenazas contra las autoridades y un conocido virólogo

En un comunicado emitido este sábado, el ministerio público explicó además que se le acusa de tentativa de asesinato y de infringir la legislación sobre armas, todo ello en un contexto terrorista. Por ahora han sido infructuosos todos los esfuerzos de las fuerzas de seguridad belgas por localizar a Jürgen Connings, un militar de extrema derecha que estaría fuertemente armado y al que han buscado toda esta semana en la provincia de Limburgo, en el este de Bélgica y muy cerca de las fronteras con Países Bajos y Alemania. 

El hombre se encontraba ya en una lista de los servicios de seguridad de 30 de militares de extrema derecha considerados potenciales terroristas por haber proferido amenazas contra personalidades políticas y contra el virólogo Marc Van Randst, famoso en el país por la pandemia

El lunes salió del cuartel en el que trabajaba armado con un lanzacohetes, un subfusil, una pistola y un chaleco antibalas y no regresó a casa, lo que activó las alarmas y desencadenó la búsqueda. 

Según recogen varios medios de comunicación, el fugitivo dejó dos cartas a su familia en las que afirmaba que no podía seguir viviendo en una sociedad en la que políticos y virólogos "nos dicen cómo debemos vivir" y mencionaba varias veces a Van Randst, que fue inmediatamente puesto bajo protección junto con su familia en un lugar secreto. 

En las misivas añadía que conocía los riesgos de su "misión" y que no le importaba morir. Además, dejó sus condecoraciones militares en la tumba de sus padres, según informó la prensa local. Las autoridades belgas consideran que el hombre supone una amenaza grave para la seguridad a la luz de las pruebas recabadas, si bien no han aclarado cuáles serían los objetivos. 

Según los diarios Het Nieuwsblad y SudPresse, entre estos se encontraría una mezquita de Limburgo, por lo que la policía ha aumentado la vigilancia de estos centros religiosos en esa provincia. 

El caso ha reabierto la polémica sobre la vigilancia de los sospechosos de terrorismo y suscitado críticas contra la OCAM, el organismo encargado de la tarea en el país que ya fue muy criticado tras los atentados terroristas en la capital belga. 

Muy activo en redes sociales, el virólogo Van Randst responsabilizó a la ultraderecha vinculada al partido flamenco Vlaams Belang de los "mensajes de odio y llamadas a la violencia" que está recibiendo por parte de los más de 20.000 seguidores de la página de Facebook "Como 1 detrás de Jürgen", en apoyo al miliar buscado, y que denunció.